Cuando tenés 30 años y un montón de manías, la vida diaria puede ser muy complicada, hasta lo más mínimo puede hacer que todo se derrumbe. Mi obsesión número 1 es la famosa música de fondo y tengo algunas reglas sobre este tópico:

• La música de fondo tiene que ser funcional, un poco amable y adaptarse a diferentes situaciones.
•  Tiene que ser amigable para la persona que la está escuchando, sea quien sea. 
• No puede tener temas demasiado conocidos. 

Según Spotify tengo 78 playlists pensadas especialmente para cada ocasión. Muchas de ellas son bastante similares: Hay un 95% que tienen un elemento shoegaze o dream pop muy grande. Y en la mayoría hay un tema de Babasónicos porque todos sabemos que es la banda más global y multifacética del mundo.

Volviendo a la música de fondo, cuando estás con una persona que no conocés no podés poner Kyuss o Los Natas y esperar que todo esté bien. Tampoco podés poner Cristian Castro y esperar lo mismo. ¿Qué pasa entonces, cuando sabés estas cosas pero tenés gustos muy específicos, los cuales no podés ceder? 

Acá voy a introducir a mi obsesión número 2 y sobre lo que realmente va este episodio: La música para coger.

En esta era moderna en la que vivimos es cada vez más difícil conocer gente en contextos amigables para uno como un recital (donde sabés que mínimo van a compartir música similar) y la mayoría recaemos en aplicaciones de citas donde suele ser más importante tu foto de perfil que las bandas que te gustan. Si tenés suerte, charlando un poco podés filtrar y conocer elementos de la otra persona pero otras, te chocas con un simple «escucho de todo!» a la pregunta de ¿qué música te gusta? (odio a la gente que ¡¡¡escucha de todo!!!)

Entonces, ¿qué pasa cuando te encontrás en tu casa con alguien que, según dice, ¡¡¡escucha de todo!!!?. Primero, tenés que pensar rápido y encontrar algún que otro elemento que te ayude a allanar el camino. 

¿Escucha de todo pero su banda preferida son Los Redondos o escucha de todo y va a ver a Los Ángeles Azules?. ¿Qué música ponés de fondo cuando te encontrás con alguien que te dice que escucha de todo y que, además, te querés coger? Obvio, ¡Shoegaze!. O su medio hermano Dream pop. O su primo bobo el Lo-Fi.

Estos tres géneros son, en algunos casos, difíciles de reconocer y sirven para poner de fondo y que no opaquen una buena charla o una situación más subida de tono. Suelen tener canciones donde las voces no son tan predominantes y envolverte con el sonido de una manera casi natural y cero molesta. También, tienen la monotonía adecuada para no interrumpir ninguna acción. (Una vez el shuffle me tiró Oasis en una situación y tuve que parar todo y tirarme del balcón). 

Investigando sobre este tema encontré una nota de lo más baitera llamada 69 canciones eróticas para echar un polvo y, la verdad, la lista más que echar un polvo me dio ganas de morirme rápido y convertirme en polvo ¿Erótica de Madona o I touch Myself de Divinyls? ¿En serio?.

Para mi, la gracia de la música para coger es que no necesariamente tiene que ser explícitamente para eso. Por eso, mi mayor orgullo es mi playlist de coger que, sin querer, se convirtió en mi playlist más exitosa y tiene actualmente ¡12 seguidores!.

Mi playlist de coger no estuvo pensada en un principio en mi acompañante sino que estaba hecha especialmente para mi: Tiene canciones con muchos bajos (el instrumento más sexy del mundo), diferentes bloques temáticos y de ritmo y, lo mejor de todo, es que sirve para un montón de cosas que no son solo coger.

Casi sin querer, se volvió funcional y crea una especie de ambiente amigable para casi todo el mundo; Es una gran playlist para poner de fondo y que no pase nada también. Empieza con un lindo Lo-Fi, tiene dream pop, stoner del más amigable, algo de new wave, shoegaze y tiene canciones que no son tan conocidas, cosa de que no te cuelgues escuchando el tema y puedas seguir con lo que estás haciendo, sea lo que sea. Me pone contenta que la gente coja con mi playlist de coger, es mi obra de bien para el mundo.

Cuando era más chica y no me podía dormir, leía la entrada sobre parafilias en Wikipedia. Me daban gracia algunas cosas y por lo general en la número 20 ya me había quedado dormida. Así descubrí la Melolagnia, que es cuando la fuente de placer proviene de la música y la gente que la sufre, encuentra un auténtico placer sexual en los tonos, las voces y todo lo que rodea la composición musical.

Esta no es mi parafilia aunque no puedo negar que, como dije anteriormente, un buen bajo puede calentarme mucho y a veces me derrite la voz de Nick Cave. ¿A qué viene esto, entonces? A que sí, la música está hecha para llevarnos a diferentes estados de ánimo y acompañar situaciones. Y que si me invitás a tu casa y ponés los Redondos, probablemente me vaya antes de que pase cualquier cosa.

Todo este preámbulo viene a contestar lo siguiente: ¿Se puede coger con shoegaze de fondo? Por supuesto que sí, siguiente pregunta.

P.D: acá abajo les dejo una preciada playlist para que puedan hacer una de las cosas más dificiles de esta era en la que vivimos, COGER

Con amor, P.S.

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