Sol Bassa: «Mi banda son mis amigos»

abril 21, 2020

Ella es Sol Bassa, guitarrista de blues. Debutó con el disco Dedos Negros (2016), nominado a los premios Gardel a la música argentina. Con amplia trayectoria en el under, fue apadrinada por Ciro Fogliatta -ex tecladista de Los Gatos-, una de las bandas fundacionales del rock argentino. Además de su carrera solista, integra la banda Transeúntes de Santiago Moraes, ex integrante y compositor en Los Espíritus -mítica banda porteña, surgida en 2010. El 10 de abril editó su tercera placa, Errores coleccionables, un EP compuesto por seis canciones. En una charla de café y alfajores a la distancia, Sol cuenta y repasa estos cuatro años de trayectoria.

¿Qué es Errores Coleccionables?
Es un disco diferente, tiene otras canciones. Por ejemplo, el corte de difusión es ‘Morir por vos (no puedo)’. Como es un corte, quería mostrar como algo diferente, el distinto.

Entiendo, es como el significado del single «“singular, único-, ¿no?

Sí, me rayé y quería subir el distinto del disco.

¿Cómo fue la grabación de la canción ‘Compra-venta’ con Santiago Moraes? Encima elegiste cerrar con un tema muy manija.
Decidí cerrar porque resume el resultado de todos estos años. Y si te deja manija, ¿qué quiere decir? Es una puerta abierta. Esto continuará… Hay algo que me identifica, fundacional, el rock y blues. Es una canción de ese estilo. Me gusta como para cerrar, jugamos con las herramientas de la improvisación. Me cerraba. En cuanto a Santi, yo me imaginaba esa estrofa para él.

¿La escribiste vos?
Sí, la escribí yo. Él tiene un tema muy lindo que se llama ‘La Crecida’ -canción compuesta por Santiago Moraes, perteneciente al disco Gratitud de Los Espíritus- . Entonces es una palabra muy asociada a Santiago, me imaginaba que la cantara él. Se lo propuse una vez, hace mucho, y quedó en la nada. Terminé de ensayar con Transeúntes y me fui al estudio. Le dije a Santi y Anita «“Anahí Fabiani, tecladista de Transeúntes- si querían acompañarme. Cuando estaban allí le propuse a Santi. Fue todo improvisado, él es muy rápido, inteligente, observador. Por otro lado, estuvo muy bueno cómo lo produjo Gonzalo Gamallo «“segunda guitarra y productor-. Hay un juego de dos voces, primero entra él y después entro yo. Justo en ese tema tocan Ciro Fogliatta y el Oso «“Juan Reinoso, armónica-.

Es una canción con amigos…
Exacto, me gustaba eso: el último tema lo integra la orquesta completa. Por eso me cerró como última canción.

Una canción con toda la gente que te acompañó en tu proceso musical…
Exacto. Es muy interesante lo que decís porque son personas que me acompañaron en todo el camino. Ciro me acompañó durante mi despegue en el profesionalismo, quien me dio una oportunidad. Con el Oso lo mismo, lo conozco hace muchísimos años. Respecto a la banda, es la que me acompaña desde los inicios. En cuanto a Santi, si bien llevó un año y medio tocando con él, lo escuché mucho.

Inclusive teloneaste a Los Espíritus…
Claro, en Flores. Es un músico que escuché para estudiarlo, su obra la oí mucho. Creo que por eso me gusta tanto tocar en Transeúntes. Me encanta la música que oye, su concepto musical. Me siento una afortunada, voy a jugar allí. Mi rol es condimentar la canción y me encanta. Tenemos el mismo gusto.

Él juega un poco, ¿no hay un juego en la forma en que grabó?
Sí, totalmente.

Recién mencionaste que llevas muchos años con tu grupo, particularmente con Rodrigo Benbassat -batería- y Nicolás Silva -bajo-. ¿Cómo es esa convivencia luego de tantos años? ¿Cómo se sostiene la relación?
Somos tres personas muy diplomáticas. Somos amigos y nos respetamos, hay una convivencia de trabajo. Ellos me conocen muy bien, son muchos años…es como una mafia (risas). Yo quiero hacer feliz al otro, como puente, ellos lo saben. Entonces para que eso funcione, el grupo debe estar bien desde lo humano. Si no, no va. Hemos tenido discusiones, pero también forma parte: yo quiero estar cómoda, quiero que el otro esté cómodo. Me preocupo mucho por la comodidad del grupo de trabajo, porque para que la cosa funcione, el cimiento debe estar fuerte. Recientemente fuimos a Cordoba -Cosquín Rock-, eso implicó ensayar dos veces por semana. Fue una experiencia que requería mucho trabajo, entonces nos propusimos romperla y disfrutar. Como animadores, tenemos que estar bien. Me encanta generar identificación con mis canciones o mi forma de tocar, para eso necesito estar bien. Eso en en el estudio se refleja.

Mencionabas tu presentación en Cosquín Rock, ¿cómo fue? ¿Qué se llevaron de esa experiencia?
Fue una experiencia que deseamos durante muchos años. Lo pensamos como algo federal, abrirnos a la capital… más en un festival masivo. Fue muy motivador, una semilla que plantamos. Lo tomamos así, recibimos una muy buena recepción de parte del público y la prensa. Ese es el deseo también, ¿no? Nuestro lema es ir paso a paso.

¿La hormiga que pones siempre en tus publicaciones?
Sí, tal cual, despacio y lejos.  Mi banda son mis amigos. Necesito estar con personas amigas para trabajar en mis canciones, estamos juntos desde 2016. Con Gonzalo Gamallo me sucedió lo mismo, él es un artista: tiene discos solistas, toca en una banda como La Joven Guarrior que es un colectivo de artistas gigante, una propuesta muy interesante. Errores Coleccionables me dio confianza.

¿Es un disco de refuerzo?
No sé si es la palabra…

¿Confianza?
Sí, total. Es el primer disco que produzco junto a alguien más. Antes lo hacíamos entre la banda y yo. Ahora pusimos un productor, por más que sea un compañero, Gonzalo tuvo ese rol.

¿Cuál fue su rol?
Unificó mucho más el sonido. Si miras los dos discos anteriores, te das cuenta. Es un disco que me dio confianza en cómo transmito la palabra, lo lírico, lo vocal. Jugar con esa naturalidad en la voz. En ese proceso fue clave Gonzalo. Él fue muy buen productor musical, hizo que trabajemos en un ambiente armonioso. Estábamos muy contentos y lo disfrutábamos mucho. Eso fue parte de su rol artístico. Dimos un resultado óptimo: estamos contentos con el disco. Priorizamos un buen clima de trabajo.

¿Crees que esto fue fácil por la producción y tener una banda, por así decirlo, de amigos?
Nos hicimos amigos con el transcurso del tiempo. Nico me venía a ver con una banda que compartíamos con el Oso, era un espectador usual. No es que era un amigo, con los años nos hicimos amigos. Pasas mucho tiempo, muchas horas. Hablas todas las semanas, inclusive cosas personales. Refleja un buen momento del grupo, lo grabamos en un plazo de muchas presentaciones en vivo. Vos fuiste testigo.

Es cierto, el año pasado mostraron el aniversario del disco Calles de Tierra (2018), una suerte de despedida, y engendraron otro.
En mayo grabamos un demo para presentar al Fondo Nacional de las Artes. El primero de junio hicimos el cumpleaños de Calles de Tierra, tocó Señorita Trueno Negro y Perdedores Pop. Venimos con buen training, de hecho ya estamos trabajando en seis canciones nuevas. Estamos en movimiento.

¿Cómo estas en este parate?
No hay fechas, primero la salud.

¿Estás ansiosa por mostrar el disco?
No, de hecho me parece lindo subir el disco y que gire, se defienda solo. Empezó a volar, que vuele.

¿Ya no es más tuyo, la gente puede hacer con él lo que quiera?
Sí, lo que le genere. Más que estamos trabajando temas nuevos, vamos con un promedio de un disco cada dos años. Eso me hace pensar en defender el laburo realizado, principalmente Errores Coleccionables. Que vuele, pero vamos a defenderlo desde el nido.

Es loco, sos una mujer del under, tu banda es gente del under que labura la música.
Sí, ni hablar. Gonzalo es un estudioso, está todo el día escuchando música. Produjo muchos discos, también. Busco eso, me gusta eso. Son de mi palo. En nuestras giras en Chivilcoy, Junín, La Plata, nos la pasamos hablando de música.

¿Podemos catalogar al disco en los años ’90?
Sí, yo tendría que haber tocado en los ’90. Tenemos como un aura de banda de esa época, el boca en boca.

El disco es muy noventa, es un disco con momentos de blues que bordean el rock and roll. Bastante power.
Sí, creo que es un disco bastante popular.

Hay un sonido más directo, y esta forma de cantar… por momentos me recuerda a Patti Smith.
Amo a Patti Smith.

Ese sonido visceral…
Hoy me dijeron que estoy más personal, es una especie de sinónimo.

No hay mucho reparo en contar lo que te pasa, narrar una ruptura amorosa o poner en paralelo el desastre de los años ’90 con un desamor. En ‘Persianas Bajas’, ignoras que el vínculo está por terminar hasta que llega el final del tema.
Sí, «Vos me diste la mano, salimos volando/No me asusto, es un instante/Tengo que aprender a respirar». Sí, terminé volando sola (risas). Me gusta que te imagines lo que vos quieras imaginar en esa canción, no sabes a quién le hablo. Es algo que está en tu imaginación, para que te acompañe. En ‘Bardito del 93’ pasa lo mismo, me gusta jugar con eso. Cuando uno construye, una de las herramientas fundamentales es el deseo hasta para hacerle una canción a alguien.

 

Foto principal x Jota

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