TodavÃa estoy temblando mientras cuento esto, pero voy a hacer el esfuerzo por escribir lo que pasó hoy. Voy a intentar ser lo más fiel que pueda con los sucesos porque fue de pelÃcula.
El Heavy fue al encuentro con mi amigo, pero cuando llegó al supermercado se dio cuenta que se habÃa olvidado su producto arriba de la mesa. Asà que tuvo que volver antes y mi amigo no habÃa llevado el celular para alertarnos de esta nueva situación.
Alcanzamos a tirar la mota por la ventana lindera y bastante ropa de Erika (ella se llama asÃ). Le dije que se fuera primero y que me espere en el hall de entrada de mi edificio mientras que yo me quedé revolviendo el lugar, simulando un robo. Pero justo cuando estaba encarando por la puerta del departamento apareció El Heavy y me enganchó saliendo.
En lo que tardó en reaccionar yo gané la escalera y salà corriendo para arriba por instinto, porque la puerta de salida estaba detrás de él, pero me pegó en el talón y me hizo caer durÃsimo en la escalera. Creo que me rompà una costilla o algo asÃ, porque me duele todo. Si no fue en la caÃda, fue en las dos o tres trompadas que me acertó en la espalda antes que yo pudiese reponerme y «re-ponerle» una patada en toda la jeta.
Esa patada me ayudó a escapar hasta la terraza. Busqué una salida allá arriba pero mi única opción fue saltar un metro de terraza a terraza. No tuve mucho tiempo para deliberar el salto, por eso debe ser que me animé. Pero mientras iba cruzando, en el aire, pude ver los diez pisos que me separaban de una muerte segura, y se me aflojaron las piernas. Me terminé de romper todo al caer.
Pero para mi fortuna, El Heavy no se animó a saltar. Sólo alcanzó a putearme y traté de bajar lo más rápido posible para evitar que me viera entrar al departamento de mi amigo desde la vereda del edificio.
Erika ya se fue a dormir, tiene miedo que él reconozca su voz. Pero no lo escuchamos. No sabemos si se fue o le dio un infarto, pero hasta el momento no se escuchó ni un pedo desde su departamento.