Me quedé pensando toda la noche cómo serÃa la mejor manera de robarle al tranza. Es decir, al Heavy. Estuve mirando su ventana, analizando la jugada, pensando cómo podrÃa llevarse a cabo de la manera más rápida y sin dejar rastros de que fuimos nosotros. «Si vas a hacer las cosas mal, pues hazlas bien», decÃa la madre de Escobar.
Cuando creà haberlo resuelto se lo conté a mi amigo para ver que me decÃa…
«No es mala», me respondió. «Parece fácil pero contas con que la piba va a jugar para tu equipo». Le expliqué que ella ya lo tiene cerrado hace rato ese tema, sólo le faltaba alguien en su vida que la ayudara a salir de ese cÃrculo vicioso.
A la tarde la cité de nuevo en la terraza y me explicó que el dÃa anterior habÃa pasado un dÃa tremendo con el novio, que está más pasado que nunca. Se comé viajes solo todo el tiempo, me contaba.
-«Además ya no tenÃa ropa para colgar..jaja».
Aproveché ese momento para contarle mi plan bien detalladamente y con algunos ajustes. La movida era sencilla: mi amigo lo tendrÃa que citar en el super y mientras él va a hacer la onda, nosotros tiramos por la ventana lindera la ganja al patio interno de nuestro departamento. Finalmente, escapamos por separados por la puerta y nos metemos en nuestro edificio. Un plan redondo.