Aislamiento Día 5: on the road again

Viene de acá: Aislamiento Día 4: el rescate.

Conseguimos un dealer cerca. Lo llamamos. Al principio se hacía el desentendido, se persiguió. «Ni idea con quién querés hablar«, me decía. Nuestro contacto lo tuvo que llamar personalmente para aclararle que éramos de confianza. Una vez que accedió lo citamos al supermercado. «Vamos en 10 a la cola del supermercado«, le dije. «Ok. Dale. Va a ir mi novia que tiene que comprar algunas cosas. Va con una campera de cuero. Es rubia, bajita«, me indicó.

Repasé mentalmente qué cosas faltaban en la casa, me metí un alcohol en gel en el bolsillo para pasar por un ciudadano responsable si me paraba algún cana y le di la última seca a un faso de mugre que armé con restos de «La Cajita» y los ceniceros. En la calle no pasaba nada. Sólo se escuchaba La Mona Jimenez al palo en algún lado, que no logré acertar. Caminé directo al supermercado y tuve que ceder mi lugar más de una vez en la cola hasta que mi contacto llegó. Supongo que por mi espíritu inquieto ella dedujo quién era yo.

«Te veo adentro«, me tiró, tomando el control de la situación por completo con su tono demandante. Cuando la crucé adentro del mercado me dio indicaciones de dejar la plata detrás de una caja de arroz y ella dejó el producto en una heladera. La maniobra fue rápida y cada uno siguió con sus compras. La crucé dos veces más dando vuelta por el super y la segunda vez que le sonreí me increpó: «No me mires, pelotudo«.

Por eso al llegar a la caja ni la miré, pero salimos juntos y sentí que caminaba tras mi pasos. Me apuré para que no pareciera que la estaba esperando, pero venía estimando sus pasos. Sé que vivimos cerca y que me gusta su actitud. Entré disimuladamente al edificio como si nada hubiese pasado. «¨»¨ Ya tenemos ganja de nuevo.

Estamos en carrera otra vez. El FIFA ya nos aburre; pasamos al truco. Anoche, cuando el vecino heavy metal apagó la música le respondímos con ‘Te Voy A Contar Un Sueño’ de Los Santiagueños. «A este no le gusta el folklore ni en pedo«, le dije a mi amigo y reventamos los parlantes.

Ya me vine a acostar, no tengo en claro bien qué día es hoy ni qué hora. Me hice un Tinder.

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