Viene de acá: Aislamiento DÃa 03: estallan las alarmas.
Nadie tiene nada, no hay dealer a menos de 10 cuadras. Si nos para la policÃa, por la cara de yonquis entristecidos que tenemos nos van a meter en cana sin antes preguntarnos adónde vamos. Tenemos que ser muy prudentes cuando salgamos a la calle. Somos presa fácil por nuestra vulnerabilidad psicológica. Llevamos varios trucos para zafar en caso de detención: listas de compras en los bolsillos y un certificado trucho de circulación. También pensamos en conseguir el uniforme de un trabajador de supermercado. Esa serÃa una excelente coartada si nos interceptan de camino a hacer la movida.
Estuvimos viendo videos en YouTube sobre cómo entrar a la deep web. No somos muy dúctiles con la tecnologÃa, pero las necesidades hacen que uno dé lo mejor de sÃ. Es lo que le digo a mi madre, las drogas me hicieron ser mejor persona. Me obligan a auto-superarme. Finalmente pudimos entrar pero no era tan fácil como pensamos. Chateamos con un adolescente nerd de rosario que distribuÃa por todo el paÃs con una cara de pichón de mono increÃble. Pero no hay caso, el correo no funciona, no vamos a poder ir a buscarla hasta que pase todo este asunto del aislamiento.
Después hablamos con un transa de Chicago y lo mandamos a encontrarnos a una plaza cerca de su casa que vimos en google maps. ¡Lo que nos debe estar puteando! «¨Esa joda nos levantó el ánimo, aunque todavÃa no pudimos comprar nada y las primeras discusiones fuertes ya sucedieron.
Mi amigo fue hasta la casa de otro a buscar un rescate y su novia lo puteó por inconsciente y salir a la calle por una nimiedad como esa. Me dolió cuando adjunto la palabra nimiedad a la marihuana y la llamó «mierda esa», pero evité hacer ningún tipo de comentario.
Estamos fumando el rescate.