Texas llama. Es que se acerca el SXSW y, si reparamos el cartel, nos damos cuenta que hay una banda argentina que dirá presenta por segundo año consecutivo. Los muchachos de Pommez Internacional tienen el pasaporte al dÃa y casi todo listo para viajar al norte y tocar en el festival que reúne bandas de (casi) todos los géneros posibles. Antes de eso darán un show en el CC Matienzo y, antes de eso (duplico), charlaron con nosotros acerca de arte, suerte y qué significa girar por esos pagos.
-¿Cómo surgió esta posibilidad de salir de gira por segundo año consecutivo por Norteamérica? ¿Fue algo que se propusieron ustedes o es una consecuencia de su primera visita?
-Desde que tuvimos nuestra primera confirmación para SXSW 2014, asumimos que aceptar implicaba estar dispuestos a girar con continuidad. Si SXSW 2014 era un hecho aislado, entonces era una anécdota. En nuestra cabeza, ese recital era el puntapié para un proyecto más grande, que tiene que ver con la expansión de nuestra música a nuevos territorios. Giramos 45 dÃas e hicimos 20 recitales tanto en USA como en México. Hicimos una apuesta y tuvimos la suerte de que saliera bien, siendo invitados para esta nueva edición 2015 y entrando en la órbita de promotores en varias ciudades de Estados Unidos. Una combinación de esfuerzo, determinación y suerte. Como todo, en parte planeado y en parte azar.
–Tanto México como Estados Unidos deben tener sus condimentos especiales a la hora de rockearla. ¿Qué cosas deberÃamos importar a la cultura festivalera nacional?
-México y Estados Unidos son dos paÃses muy distintos. A nivel industrias culturales, creo que en Argentina podemos tomar cosas de los dos. Ambos tienen un federalismo importante. Hay muchas ciudades con acceso a la producción cultural y eso dinamiza la circulación: hay mercados principales, intermedios y pequeños y no compiten entre sà necesariamente. No se trata tanto del MEGAFESTIVAL (que los hay y muchos) sino del tamaño de los mercados intermedios. Ahà está la diferencia.
-Es la segunda vez que van a tocar en el SXSW (un evento multidisciplinario que termina con un dÃa repleto de bandas de todos los estilos). ¿Qué es lo mejor de tocar en un Festival tan grande? ¿Y qué fue lo que más les gustó o los sorprendió la primera vez que fueron?
-Lo mejor es formar parte de esa selección. Compartir cartel, escenario, camarÃn o bar con tantos artistas talentosos de diversas partes del mundo. Verlos en acción. Robarles, superarlos, ser superado. Lo más sorprendente son las mesas de negociación y las charlas sobre industrias culturales. Hay mucha creatividad depositada en cómo hacer rentable -y sustentable- tu arte.
-Dentro del cartel del festival, tocan una infinidad de bandas (Cheerleader, the Church, the Vaccines y Edward Sharpe and the Magnetic Zeros, entra otras). ¿Les genera algún tipo de emoción compartir el cartel con alguna?
-A nosotros nos gusta revisar a los artistas que están viniendo desde afuera de Estados Unidos. Ahà podés encontrar algunas gemas raras que suelen ser personas accesibles: Tenemos agendado ir a ver a Ibeyi -de Francia y Cuba- a Songhoy Blues -de MalÃ- y a Centavrvs -de México-. No sé si emoción es la palabra, pero sin duda nos gusta mucho compartir cartel con estos tres que te mencioné.
–De a poco pareciera que se acortan las distancias y año tras año las bandas nacionales independientes empiezan a cruzar fronteras. Después de su gira ¿Creen que se debe a una demanda de la gente que las conoce por internet, una oferta del mercado de la música o que las bandas actuales se ganan ese espacio por su calidad musical? ¿O un poco de todo?
-Tu pregunta es buena. Creo que hay un poco de todo. En Argentina no sé si terminamos de darnos cuenta, pero estamos viviendo una época de oro de la música latinoamericana. El nivel es impresionante. Al mismo tiempo, nunca hubo un mercado más grande para esta música: 45 millones de Estadounidenses hablan español, superando en cantidad a los habitantes de España. Es decir: Latinoamérica, Brasil, Estados Unidos y España son un mercado receptivo. Y no estoy sumando a los circuitos europeos, donde tradicionalmente muchos artistas folclóricos han circulado. No es que los artistas argentinos estemos viajando más, es que los artistas latinoamericanos se están incorporando a los circuitos globales. Creo que en Argentina lo estamos sintiendo ahora, pero en México o Chile esto se siente hace unos años. Laboralmente, además, no tenés otra que abrir el juego lo más que puedas. Nadie vive hoy de vender discos. Si querés que pasen cosas, te tenés que mover y buscar nuevas audiencias.
-¿Qué nos pueden adelantar de su próximo disco? ¿Pueden prometernos una fecha o adelantarnos el nombre?
-El material es descarnado y hermoso. Es un pez dorado. No podemos adelantar ni fecha ni nombre.
–Escuchando sus discos da la impresión que el primero es una experimentación sonora, Buenas Noches América ya tiene como un hilo conductor o concepto sonoro. ¿Van a intentar ir por ese camino o tratar que no suene parecido a BNA?
-En Pommez Internacional sentimos que Buenas Noches América fue un punto de llegada, un trabajo hecho con el oficio de saber que estás en el buen camino. SabÃamos que habÃamos encontrado algo y lo que pasó después nos lo confirmó. Cuando lo terminamos decidimos no presionar la composición del sucesor e ir viendo que se presentaba orgánicamente. No querÃamos imponernos ni la continuidad ni el cambio. Ahora mismo -con la mitad de este nuevo trabajo compuesto- lo siento muy distinto. Por un lado profundiza y por otro se aleja. Es más conmovedor y menos muscular.
–¿Piensan estrenar algunas nuevas canciones en esta gira?
-SÃ. Estamos intentando mantener el material nuevo lo más secreto posible, para no matar la sorpresa, pero sin dudas vamos a ir dándole rodaje a algunos temas nuevos. El 27 de Febrero en el CC Matienzo es el estreno de un par.
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