The Knife – Shaking the Habitual

mayo 14, 2013


«Está bueno jugar con el tiempo de la gente por estos días», dijo Karin Dreijer Andersson hace poco en una conferencia. Se nota. The Knife se tomó seis años para editar un disco doble cuya duración total supera la hora y media, con canciones que van de los 8 a 20 minutos. Pero ése es apenas un dato. Shaking the Habitual también es desafiante, y por lo tanto incómodo, tanto musical como ideológicamente. Karin y su hermano Olof tienen mucho para decir, muchas nociones por desnaturalizar, cuestiones de género, clase social y sexualidad, por nombrar algunas. «Cuando vemos que la gente escucha lo que tenemos para decir, nos hace pensar en cómo podemos usar esa atención de la mejor manera en términos políticos y cómo podemos cambiar nuestra propia cabeza al pensar las normas en un sentido crítico», diría también ella. Y está claro que en estas nuevas canciones los suecos se tomaron todas las licencias y libertades que quisieron, lo cual siempre se agradece pero que en este caso podría jugar en contra del deseo de vehiculizar estos mensajes político-sociales que, además, son más crípticos que explícitos. Porque Shaking es un disco dificilísimo, prestarte atención de principio a fin resulta una tarea ardua. Muchos fans, indignados, no volverán a él alegando que ni siquiera se trata de música -es cierto que aquí se percibe la influencia del trabajo de The Knife en la banda de sonido de la opera Tomorrow, in a Year (2010), más cercano al arte performativo que a la música pop-, o en todo caso sólo escucharán los temas más accesibles.  

Ahí están los casi 9 minutos de A Cherry on Top con su larga intro ambient como preludio al aporreo de un clavicordio y el afinamiento de una cítara mientras Karin canta sobre cosas ricas pero que en realidad es una crítica hacia la monarquía de su país (al parecer Suecia no es tan progresista como cree el resto del mundo; más transparente será la letra de Ready to Lose: «El miedo a sufrir / el miedo a la pérdida / contenida en tus derechos de nacimiento»). ¿Y qué decir de Old Dreams Waiting to be Realized? Un instrumental de 19 minutos de drones que lentamente van mutando hacia una pesadilla opresiva y espeluznante (bien podría musicalizar un paseo por la Casa Usher justo antes de su derrumbe) en la mejor tradición de bandas extremadamente oscuras y experimentales como Coil y Nurse With Wound. Ni hablar de los (también) muchos minutos de Fracking Fluid Injection y sus juegos vocales disonantes que se funden con un ¿instrumento? hecho con resortes de un sommier que por el sonido chirriante que produce dan ganas de salir corriendo a ponerse la vacuna antitetánica. Quien vuelva a estos temas con ganas, merece el mayor de los respetos.   

Por otro lado, hay canciones que gratifican inmediatamente. Y con creces. El primer corte, Full of Fire, son 10 minutos sublimes de un beat agresivo y excitante que nunca decae, pincelado con esos sintetizadores circulares tan de ellos que son puro groove, tensión y dramatismo. Without You my Life Would be Boring, Raging Lung y el segundo single, A Tooth for an Eye, revalidan el talento del dúo para componer piezas altamente orgánicas y percusivas, volviendo a las influencias rítmicas del Caribe y Medio Oriente ya volcadas con gran eficacia en temas como Pass This On y Marble House respectivamente. Por último, la despampanante Stay Out Here (una verdadera locura a partir del minuto 7) combina las dos caras de la banda, la festiva y la macabra; con un beat ligero y dance, voces distorsionadas y arreglos noise, la canción es sexy y perturbadora a la vez, al punto de no saber si ponerte a bailar o esconderte debajo de la cama.

El cuarto trabajo de The Knife es tan enorme desde todo punto de vista que, de movida -su título no es en vano-, hace tambalear el propósito de un género periodístico tan humilde y acotado como lo es la reseña de discos. Incluso la crítica musical, de mayor profundidad, se queda corta. Shaking the Habitual trasciende el objeto «˜disco’ para convertirse en un artefacto cultural que dispara varias líneas de análisis teórico. Merece un estudio exhaustivo que de cuenta de su increíble e inédita habilidad musical «“incluso aquí el concepto de «˜música’ se dilata-, pero también que sea capaz de decodificar el fuerte contenido simbólico que desde las letras cuestiona todo orden preexistente. Como si fuera poco, además invita a reflexionar sobre lo que significa que un disco de este calibre sea editado por una banda relativamente mainstream, y encima de Suecia, para ser consumido de forma masiva. Música, arte, ideología, sociedad, mercado y varios tópicos más entran en juego y piden a gritos ser revisados. Si todavía puede llegar a existir tal cosa, Shaking the Habitual es sin dudas un disco revolucionario.    

DEGUSTACIÓN

THE KNIFE: ‘Stay Out Here’