Ra Ra Riot se aleja de las guitarras y el barroco de The Orchard y se adentra en el pop eléctrico con Beta Love, su tercer trabajo de estudio. En gran parte esto se debe a algunos cambios que la banda sufrió más allá de lo estrictamente musical: Alexandra Lawn, su violonchelista, abandonó la banda el año pasado y los demás decidieron continuar como cuarteto. Este relegamiento de los arreglos de cuerdas fue remplazado por el uso de sintetizadores y cajas de ritmo que le aportan un sonido pop ochentoso.
Dennis Herring fue el encargado de la producción de este compendio de canciones que se registró en su base de operaciones en Missouri. Allà dieron forma a Beta Love, que se presenta más como un puñado de temas que como un álbum con concepto y sonoridad propia.
De arranque intentan ser el centro de la fiesta con dos canciones que anticipan mucho de los que vendrá. La voz de Miles retocada en todo momento y un ejército de teclados al frente del pelotón armónico. Es inevitable que la sÃncopa de Dance With Me te haga menear la cabellera. La trama contradictoria de la canción queda sentenciada con el falseto plastificado de Wes, quien invita a esa tonta agridulce a bailar con él y repite hasta el hartazgo que quiere ser su juguete. Inmediatamente aparece la baterÃa acelerada de Binary Love, que es otra cachetada rÃtmica que plantea las bases de un amor moderno de conexión binaria. El cambio de la banda es palpable y es posible que la desilusión de sus fans vaya ganando territorio a estas alturas.
Conscientes de esto, Beta Love e It’s Too Much intentan retomar las viejas vÃas con arreglos de cuerdas simulados y un noble tratamiento de planos vocales. La segunda, además de violines saca a relucir baterÃas procesadas y arpegios de piano para condimentar otra tonta canción pop.
Angel Please, nuevamente se encamina hacia el salón de baile con estocadas de violines filosos que aportan alegrÃa entre los cambios de intensidad, las subidas de tono y un final abrupto que te abandona antes de los 3 minutos. When I Dream es de las pocas que supera esta extensión, con el intento más osado de hacer algo similar a lo que alguna vez fueron. Cercana al sonido de bandas como Mogwai o Efterklang los juego vocales, el bombo perpetuado y el detalle surf rock la guitarra, hacen de ésta la canción más atractiva para el oyente medio.
Y ya no queda mucho más por mencionar. Beta Love es un disco más dentro del inagotable catálogo de placas descartables de la era moderna. Un punto medio entre la originalidad y la mediocridad que – por suerte – dura poco.
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DEGUSTACIÓN
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