El bueno de Matt Berninger parece andar algo apesadumbrado. Suerte para su prosa, y para nosotros, ya que Demons posee esa congoja que atormenta pero que no desgarra por dentro. «I stay down with my demons», susurra profusamente mientras que el resto de sus compañeros recogen ese clamo y lo hacen carne en un tempo realentado, con una baterÃa quebrada, teclados suspicaces y guitarras que acompañan el vértigo reinante. Ãnimo, que los demonios no le ganen a tu voluntad (y The National parece que andan en eso).
.