La repetición es inevitable. En medio de una era en la que todo está al alcance de un click, la gran parte de lo que escuchamos se nos vuelve familiar. Si les hablo de una banda mendigada al reverb californiano en clave lo fi, se que ya se les viene uno dos nombres a la cabeza. Y eso es exactamente con lo que aparecieron estos neoyorkinos en su debut homónimo. Pero la repetición no es necesariamente contraproducente.
De alguna manera, Beach Fossils (2010) sonaba como una vieja transmisión radial que se dejaba escuchar sola, canción tras canción. «Podés tomar mi mano, pero no me importa a dónde vayamos», nos invitaban tÃmida y gentilmente en aquel debut. DifÃcil resistirse a la propuesta, solo restaba ver entonces a dónde irÃamos a parar.
Es asà como llegamos entonces a destino: Clash the Truth sorprendentemente nos revela que el paradero es otro: en esta ocasión el cuarteto de aventureros pega un salto generacional que les permite amalgamar un poco aquella vieja y soleada California con la bruma existencialista de los 80 de Inglaterra. Renueva el lo fi por uno más sofisticado, cargado de atmósferas y dando forma a un sonido con mayor profundidad y expresión, reemplazando esta vez el sótano por el estudio y las cajas rÃtmicas con baterÃas.
Clash the Truth es un disco logra plasmar con destreza diferentes estados de ánimo y funciona como el catalizador perfecto para la llegada del otoño, en medio de un viaje sentimental y memorable.
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DEGUSTACIÓN
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