La semana pasada publicamos una opinión sobre la temática, organización y publicidad del Pepsi Music 2013, extrañamente apodado por sus organizadores como El Festival Más Grande De La Historia (a lo que irónicamente le cambiamos el nombre). Ayer sucedió otro hecho que deja entrever qué tan pésimo trato tienen los consumidores de recitales masivos en el territorio local, a dos semanas de la serie de shows a suceder en Costanera Sur el 2 y 3 de abril apareció una venta libre de entradas a un 50 por ciento de descuento, pintándole la cara a los que compraron sus tickets hace medio año a 500 pesos pensando que era el precio más económico que iban a conseguir.
La noticia surgió ayer a la mañana por medio de Livepass y Vorterix: aquellos que saquen la entrada para el Pepsi Music 2013 a lo largo de las pasadas 24 horas obtendrÃan un 50 por ciento de descuento, reduciendo el precio del campo del dÃa 1 a 100 pesos y el del dÃa 2 a 220 (sin contar el maligno service charge). Y asà sucedió.
La bronca no tardó en esparcirse en redes sociales (sobre todo en Facebook) de parte de aquellos consumidores que desde octubre del año pasado sacaron una entrada de 500 pesos con la promesa de ver a Pearl Jam en vivo, sin siquiera saber que iba a ser en un festival masivo donde comparte grilla con otras bandas (osea, va a tocar menos tiempo). La lógica planteada determina que aquel que saca la entrada con mayor anticipación obtiene la rebaja más conveniente, por apostar antes que nadie al evento a realizarse. En este caso ese «precursor» fue estafado por la mitad del precio que abonó.
Este atenuante de jugar con el fanatismo para facturar más en la primera hora y reventar luego el remanente es otro paso en falso más de parte de un festival que está mal producido debido a su grilla de horarios inentendibles (si laburás en una oficina, te perdés la mitad de la fecha 2), su marketing berreta y la pésima reputación de sus antecesores en materia de organización dudable (agua cara, comida mala y sonido horrendo). Está claro que este tipo de eventos se mantienen en el tiempo gracias a que el público compra las entradas. Depende, entonces, de la gente -la misma que es estafada y manoseada en todos los aspectos- que sigan existiendo o no festivales como el Pepsi Music. Es hora de hacer algo al respecto, ¿no?
Ilustración: Pablo G. Feliz