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 Los discos de IKV, Guns and Roses o Spice Girls mezclados con los libros de Lewis Carroll, Emilio Salgari o Johana Spyri le dieron a una Alina Perkins adolescente las ganas de pararse frente a un espejo para actuar o cantar, comenzando como un simple juego y determinando las disciplinas de su carrera a futuro. Estudió teatro con Norman Briski y derribó aquel mito acerca del nudismo en sus clases aunque según ella «es tan seductor que te dan ganas de largarte a llorar, reÃr, desnudarte y actuar». IUNA fue el camino a seguir tras terminar el secundario pero al aburrirse por el sistema intrincado de la facultad decidió arrancar diferentes talleres y de ahÃ, hace 6 años, surgió Conchetinas, un grupo destinado a hacer instalaciones y performance al estilo cadáver exquisito. El colectivo lo completan colegas y amigas que conoció en estos talleres. La fantasÃa de formar una banda de música flotaba un año atrás y con la iniciativa de Monoto de Miranda, su pareja, decidió que las Conchetinas asuman su alter ego musical, Lavial, un ensamble de pop femenino que hoy suena seguido debido a su pegadizo hit Violeta (el tema que repite la palabra «oro»). Durante el último año tocaron en vivo donde pudieron, siempre poniendo brillo y actuación a escenarios endulzados con sus pistas de «electro pop esóterico», como ellas mismas definen. |
Alina trajo unos zapatos blancos que nos recordaron alguna escena de Xuxa. Lo llamativo de ella es su color de pelo, quizás por eso al abrirle la puerta de la redacción Edelmer, nuestro verdulero vecino, se quedó mirandola atónito.
Foto y Video: Tino Raimondi
