Unos tintineos intrigantes y una trompeta marÃtima arrancan la canción. Cierta guitarra interviene y rasga la melodÃa. El trance luego es interrumpido por una percusión cautivadora. Los tintineos siguen en el tema pero son suplantados por los efectos sonoros de los sintetizadores. La canción termina como empieza: de manera zen y tranquila, para dejarnos boyar en el efecto hipnótico que en el que somos inducidos como oyentes, de principio a fin.
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