Bilinda Butcher tiene que ser uno de los nombres más raros jamás puestos en un pasaporte. Su dueña, la mujer cuya voz endulza buena parte de las canciones de My Bloody Valentine, seguramente nunca se imaginó que en algún momento dos chicos de los suburbios de San Francisco iban a tomarlo prestado para dar inicio a una banda como la que nos ocupa ahora. Pero si la escuchó, sabe que es un lindo homenaje. ResultarÃa incómodo si hiciesen death metal y la elección hubiese sido una coincidencia, que no es el caso. Con melodÃas de alto voltaje nostálgico y letras que recorren lo complicado de las relaciones humanas a través de un cierto filtro adolescente, Michal y Adam acreditan ser egresados con honores de la escuela de los bedroom poppers.
The Bilinda Butchers: ‘Tulips’
«Siempre admiramos su voz. Era tan intensa como atmosférica, casi educativa, como una madre que consuela a un adolescente confundido. Le pusimos su nombre a la banda porque querÃamos quedarnos con esa sensación», explicó el dúo en una entrevista a Los Inrocks. Vale ser destacado porque las canciones de The Bilinda Butchers son eso, una encantadora inyección de melancolÃa teen. Si bien comenzó como un proyecto a base de guitarras, el único instrumento que podÃan tocar a los 16, en el momento en que escucharon a The Radio Dept. decidieron salir a comprar sintetizadores y ponerse a jugar con la baterÃa electrónica de un amigo. Es increÃble cómo les llevó tantos años llegar a tocar en vivo, probablemente cuatro o cinco desde que empezaron a componer su material y a regalar temas en la web (incluyendo algunos covers y un tributo a otra diosa, Stevie Nicks), pero el lanzamiento de su primer EP en 2011 probó que tantas horas pasadas dentro de cuatro paredes valieron la pena. Regret, Love, Guilt, Dream tiene vocales convertidos casi en susurros etéreos, destellos electrónicos, guitarras que pueden pasar del bossa a un estilo medio oriental (y no precisamente al K-Pop), acercamientos al shoegaze e incluso un sampleo de 2046, el largometraje de Wong Kar-wai. Parece ser el súmmum del dream pop, aunque eso es lo bueno de este género en explosión, que siempre aparece alguien nuevo empujando un poco más el lÃmite.
Por si no alcanzaba con Christopher Owens y Blackbird Blackbird, ahora tenemos a The Bilinda Butchers para las ocasiones en que asoman las ganas de un poco de masoquismo emocional musicalizado por chicos sensibles de San Francisco. Goodbyes, EP editado el año pasado, es una elección sabia para esos momentos; las canciones salen del punto exacto donde se cruzan la tristeza y la alegrÃa. Y si escuchás Teen Dream y Little Leaf (primer y último track), vas a encontrar los dos opuestos, pero serÃa una lástima perderse lo que está en el medio, una clase magistral sobre el uso de los sintes.
¿Alguien sabe si SofÃa Coppola está haciendo una pelÃcula nueva? Little Leaf suena ideal para uno de sus soundtracks. «Cease to resist, giving my goodbyes». La primera lÃnea nos tira una referencia inmediata a los Pixies y su Wave of Mutilation, que a su vez referencia a Ceast to Exist, de Charles Manson. Goodbyes tenÃa que terminar asÃ, hubiese sido cruel despedirse de otra manera. Michal y Adam, de nuestro lado es un hasta pronto.
The Bilinda Butchers: ‘Little Leaf’
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