Karen Marie Ørstend apuesta fuerte. La artista emergente danesa, enfrascada en el «Scandi-pop», le saca brillo al género. El tÃtulo no puede congeniar mejor con lo que escuchamos. Es que las baterÃa centellean, el teclado, el xilofón y la guitarra provocan una ondulación cual mar cristalino a la luz de la luna. Frescura, destellos y la evocación de una pseudo inocencia propia del pop se detectan en las voces. Y este brebaje de brillantina de repente sin previo aviso, termina.
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