Mathieu Poulain entiende que para que el folk hoy suene interesante tiene que tener una vuelta de rosca. Ni siquiera considera a música como folk; rock minimalista, dice él y al escuchar Sings Suzy, su disco debut, tiene sentido. Es que este francés con aire de poeta, que por momentos nos recuerda a tipos como Mark Linkous (Sparklehorse) y Elliott Smith, no necesita de mucha instrumentación para gustar. Tiene lo justo y sabe cómo laburarlo. Desde los cuarteles de Microphone Recordings -colectivo de artistas DIY de Marsella- y en compañÃa de Kid Francescoli y Pedro «˜Peter’ Lopez (vocalista de Los Ãlamos y actual Moondawn) nos demuestra que el soul, el blues y el indie rock no le son tampoco suelos ajenos. Por ahà va el tigre.
Ya en su nombre mismo, inspirado en un disco de Brian Eno, Oh! Tiger Mountain parece adelantar una identidad bastante seductora ¿No serÃa una lástima que existiera una banda llamada asà y que no estuviera buena? El hombre de la máscara de cotillón apareció por el 2008 con una guitarra y un imperativo: Hear Me Now! Asà tituló a su primer EP, producto de la decisión de lanzarse como solista luego de pasar por el grupo Nation All Dust. La canción que abre dicho trabajo se ocupa rápidamente de dejarnos en claro que estamos ante uno de esos bichos raros que son capaces de convertir lo oscuro en materia pop. Probá escuchar Little Red Cells sin ponerte a cantar «no voy a poner un pie afuera de la cama hoy, no voy a sobrevivir otro dÃa», dale. Con una onda muy lo-fi, el tracklist continúa conquistando con canciones como Or The Drugs y Another Day In Blue, donde la potente voz de este joven -que cuando no está sobre el escenario tocando, está sobre el escenario ganándose la vida como actor- se roba el protagónico.
Después del lanzamiento de Itchy Covers Vol. 1, un mini-disco donde versiona desde una balada clásica como Bésame Mucho a un tema de los Guided By Voices («grabar y/o tocar covers es una buena forma de matar el tiempo y descubrir cosas», asegura), en 2011 editó su álbum debut. Sings Suzy, que además contiene algunos tracks de su primer EP mejorados, tiene partes en que el nombre de Bill Callahan puede que te venga a la cabeza (y traer al señor de Smog al asunto es un punto a favor). En canciones como Calling S/O, 1995 y Do Without, los vocales parecen camuflarse en un humor muy distinto al del resto del disco, mientras que en Courtship Matters y Over The Edge In The Snow la guitarra y percusión se hacen notar más. El sello local Sadness Discos se encargó de presentar una edición más corta de esta producción bajo el tÃtulo Sang Suzy.
«No saben dónde ponerme. Eso era lo que querÃa, pero no pensé que iba a ser tan problemático». Los cronistas luchan con Oh!TM preguntándose cómo definirlo. A cargo del ahora trÃo «“que se completa con otros dos músicos colaboradores de Microphone Recordings- y anticipando el nuevo EP que está en camino, Poulain posteó en su blog un extenso listado de cosas que podemos estar seguros que no tienen nada que ver con él. Acá, un extracto: «No soy un dúo de DJs de Brooklyn. No soy el salvador de la música punk. No estoy apostando en el territorio del cantautor de alt-country. No aparecà el año pasado con una página en bandcamp de intrigantes e irrastreables canciones. Este disco no suena más Ãntimo y más al descubierto que el anterior. Las canciones no fueron escritas en una cabaña en el medio del bosque. Tampoco marcan la primera vez que trabajé con un productor. «˜I will love you till the end of time/I would wait a million years’ no resume el 65% del disco. No hay una mezcla sofisticada entre la grandeza del art-rock y el synth-pop. La melancolÃa y la tristeza infinita no fueron las inspiraciones para este trabajo. No hay una canción sobre el canibalismo después de un accidente aéreo. No hay sentido de lo que va a venir después». Nosotros sólo esperamos que lo que venga nos sorprenda. Por ahora, lo ponemos en la mira.
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