LIVE: Kate Nash en The Roxy

noviembre 6, 2012

Muchos años atrás, Kafka supo dedicarle un boceto entero a la metamorfosis, cualidad de la que ningún ser humano puede escapar. En esta cadena constante de transformación sale al escenario (para darle el puntapié inicial al Personal Fest) una muchacha muy distinta de la que emocionó al Coliseo el año pasado y antagónica con la protagonista del video de Foundations (2007), a pesar de que estemos hablando siempre de la misma persona. Riot en estética, Kate Nash en esencia y un castellano primitivo de la boca roja de la protagonista: «Estoy muy feliz de estar en Argentina».

La diferencia más notoria, respecto del año anterior, es la reestructuración de la banda. Todas mujeres acompañan a Kate en esta nueva etapa. Y cuando ellas se juntan, indudablemente, un hombre del otro lado será objeto de crítica. Así empieza el listado de canciones que cumplirán con esta premisa: Sister y Death Proof, adelantos del nuevo disco, y Kiss That Grrrl, de My Best Friend Is You, álbum que quedará pronto en el medio de esta futura trilogía.

La inglesa llevaba en su bajo la calcomanía de la banda Fidlar, con la que hizo una reciente colaboración, y sorprendió a todos con su habilidad con este instrumento. No tardó en adueñarse del lugar, ya que tanto arriba como abajo del escenario, los presentes estaban a sus órdenes y bien supo sortear los problemas de sonido que la acosaron en un principio.

«No es mi cumpleaños ni navidad, ¿por qué hacen esto?», exclamaba una contenta Nash al recibir los regalos de sus fans, entre ellos una bandera Argentina que tuvo en sus hombros parte de la velada, sin importar el origen de donde había partido su viaje.

En la lista de temas predominaron estrenos, entre ellos la canción favorita de la creadora, I’m A Feminist You’re Still A Whore, nombre que retrata bastante su nueva postura. También se hizo un lugar para pedir por la libertad de las cautivas Pussy Riot con el tema Free My Pussy. Era evidente que la protagonista estaba ansiosa por mostrarnos su nuevo arte, pero de todos modos le dio un lugar al pasado con Foundations, Do Wah Doo y la versión acústica de We Get On, tema que solo lo cantó «por estar en Argentina».

«Chicos, no me quiero ir, estoy pasando un muy buen momento», gritaba una verborrágica mujer a la que le había llegado la hora de despedirse. Para este inevitable final tuvo que invitar a dos chicos del público que la ayudaron con Don’t You Want to Share the Guilt. La emoción y el desvelo le habían jugado una mala pasada a la memoria de la cantante. 

Nash sonó mucho más fuerte y distorsionada, más cerca del punk que de aquel pop-folk que la vio nacer. Pero este cambio atrajo al público y a ella le sienta muy bien. Es evidente lo cómoda y satisfecha que está con su nuevo sonido. Algo había quedado muy claro esta noche, cualquier dimensión que nos quiera mostrar esta metamórfica Kate Nash, será por demás interesante.

Fotos

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Ph. TEFF