The Raveonettes – Observator

En Observator el dúo danés abandona un poco los riffs eléctricos de canciones como Heart of Stone o Love is a Trashcan para darle rienda a un formato más acústico-noise-melancólico, especialmente en piezas como Young and Cold «“hit kinkoso que abre el disco- o Downtown, que de tan bailable hasta nos da ganas de haber sido adolescentes en la California de los años 50’s. Un poco menos indie-dark que su predecesor –Raven in the Grave de 2011-, en una primera escucha puede resultar más cancionero o naif, pero al terminar cada tema, un dejo amargo nos queda en el paladar.

Si bien es cierto que el calor del principio se empieza a apagar al tercer o cuarto track, el fuego se aviva de nuevo con el primer single, She Owns the Street, una balada que transmite el clásico espíritu de la banda y que toma lo mejor del rock inglés, a lo The Smiths.

Observator combina ritmos bailables de los 50’s con guitarras distorsionadas y letras angustiantes, como en You Hit me I’m Down. La melancolía atraviesa todo el disco, desde la elección del piano en Observations -nota de color: es la primera vez que usan el instrumento en la historia de la banda- hasta las letras: «I like the sun when it don’t shine», reza Young and Cold, reversionando un Only Happy When it Rains de Garbage.

El álbum iba a ser producido íntegramente en California en una primera instancia, pero debido a una depresión que le fue diagnosticada al guitarrista y compositor Sune Rose Wagner, éste tuvo que volver a Nueva York en medio del proceso de composición. Terminó de componer allí para luego volver a California a grabarlo, por lo que de alguna forma Observator condensa el espíritu triste de Sune con estas dos ciudades. Este nuevo trabajo vuelve a confirmarnos que la banda es muy prolífica -es su octavo álbum, séptimo de estudio, en doce años- y que, a pesar de la depresión, de algún lado surge la creación. En las propias palabras de Sune, «Observator es suntuoso y hermoso en su sonido, pero inhóspito y triste en su corazón. Es como un sueño que de a poco te vas dando cuenta que tiene lugar en el infierno».

Observator es lluvia con sol, el arco iris que nació a partir de esa unión. Quizás no sea su trabajo más sorprendente, no es un álbum grandilocuente, pero sí sabe reunir ese sonido noise con toques retro que siempre los caracterizó. Las armonías dulces entre las voces de Sune Rose Wagner y Sharin Foo, sumado al atardecer de una California triste, hacen que el álbum sea, por lo menos, recordable.

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DEGUSTACIÓN

YOUNG AND COLD

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