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 Natasha Voliakovsky comenzó a hacer arte desde que nació, en un principio sin saber qué era. Los espectadores que veÃan sus dibujos la alentaron a llevar a cabo exposiciones y a la corta edad de 15 años comenzó su carrera «psicoanalÃtica», como ella misma define. Su terapeuta le confirmó que su cabeza tenÃa una desconexión con su cuerpo, osea su infancia y adolescencia pasaron de largo en la mente de una piba que asumÃa roles maternales y de oficio, trabajando y pagando clases de dibujo a escondidas. No paró de exponer, concursar y avanzar con sus obras; hoy, con 23 años, se define como artista plástica con dotes de performance, dibujo, instalación y video. Un tramo interesante de la carrera de Natasha es Tanquefilia, un paralelismo proteccionista entre tanques de guerra y conchas que nos recuerda lo básicos que son los hombres y lo inseguras que son las mujeres. Para esa obra personificó un verdadero parto con actores e improvisación, rompedura de bolsa y enchastre incluido. Golden Death, otra performance que dio que hablar, relataba su propia muerte. Un hecho que ella toma en serio al dÃa de hoy asegurando que después de eso nada fue igual. Literalmente se preparó para su propia defunción y el hecho, según ella, fue un evento perfecto (su madre rompió a los gritos del susto). Ahora no está viva, está en un estado post mortem, llevando a cabo sus intervenciones en teatros, galerÃas, boliches y donde sea. Cada una es única e irrepetible. ...  El pelo violeta es el rasgo que por lógica atrae la atención al ver a Natasha. Su ropa también es peculiar, según ella diseña casi todo lo que viste y eso excusa el toque personal de su estética.. |
