El vÃnculo entre nuestra queridÃsima Chan Marshall y el desamor se ha transformado en una imagen a la que lamentablemente estamos acostumbrados, ya que desde sus primeros trabajos desnuda las heridas, aunque con el don único de hacernos entender su belleza. Se trata del mismo enfoque romanticista que guardan discos como Blue de Joni Mitchell, Sea Change de Beck, el icónico Blood on the Tracks de Bob Dylan o, justamente, The Greatest, el último trabajo de Marshall con canciones propias. Son obras que nos muestran otra perspectiva de las cosas, de cómo algo roto puede ser a su vez hermoso.
Esta vez la historia se repite; pero no el resultado. A Cat Power le han roto una vez más el corazón. Pero lejos de internarse en el dolor, la cantautora de Atlanta infla el pecho y no se permite mirar atrás. Esta vez no hay Don’t Look Back que valga. A pesar del dolor, Chan cuenta de tres en tres (3,6,9) , reflexiona «bitchin’, complainin’, when some people who ain’t got shit to eat« (Ruin) y sale para adelante con las fuerzas renovadas en un disco cargado de energÃa.
El disco nuevo de Cat Power no tiene nada que ver con el soul de The Greatest (2006) o los covers minimalistas de Jukebox (2008). Esta vez nos encontramos con un tratado experimental, ya sea con la utilización de los instrumentos y recursos (las baterÃas, los sintetizadores, el auto-tune) hasta la estructura de la canción misma. Por lo que podrÃamos decir que en este caso nos acercamos más al ya clásico Moon Pix (1998).
Sun nos trae once canciones cargadas de vitalidad, frescura y actitud, en donde Cat Power demuestra mantener con vida el espÃritu inquieto e innovador y esa voz única e infalible. «Here comes the sun«, nos avisa reviviendo el mensaje beatle de Harrison (Sun), para cerrar luego el salmo a coro con el gran Iggy Pop, dictaminando: «The world is just beginning«. Salgan al sol; revienten.
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DEGUSTACIÓN
RUIN
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