Yeasayer – Fragrant World

agosto 22, 2012

Yeasayer

Fragrant World

2012 – Secretly Canadian

[7.5]

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Hace un par de años, la vara se instalaba en una zona prácticamente inalcanzable. Tan alta que apenas se la veía. A riesgo de sonar muy autorreferenciales, recordemos que Odd Blood fue nuestro disco favorito del 2010. Lo disfrutamos mucho y por eso es mucho lo que esperamos del próximo movimiento de los neoyorkinos. Fragrant World finalmente está aquí y de movida ya hay un problema: las once canciones que contiene se ven tironeadas por la sed de experimentación en el estudio y, a su vez, por las ganas de sonar accesibles y bailables; un deseo doble que no se resuelve produciendo así desequilibrios de composición y estilo. En otras palabras: este tercer trabajo no es -y lo digo en el mal sentido- All Hour Cymbals (2007), ni tampoco nuestro querido Odd Blood.

Un ejemplo perfecto de estas dos caras y la incapacidad de integrarlas armónicamente es Henrietta, el primer single que ya conocemos desde hace un par de meses y que en realidad parecen dos canciones. Bajo y sintes mediante, los primeros dos minutos fluyen amenos, podría ser un lado B del disco anterior, hasta que de pronto, sin conexión alguna, todo se transforma en un espiral narcótico que recuerda los cuelgues de la primera época. Lo que se dice una canción sintáctica, compuesta por bloques rígidos e inamovibles donde la fusión no es posible. Este es un caso extremo pero es un patrón que se repite de manera más sutil en Blue Paper, Demon Road y Damage Goods. En el afán por lograr todo, estos temas se quedan sin el pan y sin la torta: no son gancheros ni tampoco resultan muy innovadores.

Sabemos que los Yeasayer son maestros de la manipulación en el estudio de grabación pero esas habilidades también pueden ser un arma de doble filo. Devil and the Deed derrocha electro pop de sintes retrofuturistas a la Hot Chip (el acercamiento al R&B, sobre todo en Longevity, es otro rasgo que los emparenta con Alexis Taylor y sus amigos) con toques de una kalimba exquisita «“ gentileza de la eminencia del afrobeat Elliot Bergman-, un tema que roza la sobreproducción pero logra zafar convirtiéndose en uno de los highlights del disco. Menos suerte tuvo No Bones, en la cual el uso del estudio se vuelve abuso al crear un amasijo de percusiones sincopadas, estilos vocales y arreglos electrónicos que ahogan cualquier atisbo de melodía… y ganas de volver a escucharla.

De todas formas, los de Brooklin se las apañan para dar cátedra en la impresionante Folk Hero Shtick, otro caos pero más feliz. Una canción que tiene de todo y exuda a más no poder libertad absoluta «“posiblemente la cualidad más sana y gratificante de la banda-: una intro fantasmal de corte witch house, tonos y efectos de voz varios, bajos subacuáticos, arpegios acústicos, flautas traversas sampleadas, grooves sintéticos, teclados distorsionados… Todo eso funciona, de una manera extraña e increíble.

Por las dudas lo digo de nuevo: la vara estaba demasiado alta. Fragrant World no es un mal disco, simplemente es el menos bueno de Yeasayer. Aquí no hay misticismo (se extrañan las armonías vocales alucinadas), no hay ensueño ni tampoco juego. Falta un 2080, o un Madder Red. Falta un tema que nos ponga la piel de gallina.

DEGUSTACIÓN

FOLK HERO SHTICK