DIIV – Oshin

julio 23, 2012

DIIV

Oshin

2012 – Captured Tracks

[7.9]

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La cinta del cassette de In Utero de Nirvana, una palabra recortada de una cita borgeana, restos de cd’s, alguna maltrecha golosina, sólo una estrella de una lacerada bandera norteamericana, un Cristo desprovisto de su cruz y demás cosas que se desintegran en una licuadora formando un efímero cóctel que eventualmente explota. Los restos esparcidos por toda la habitación son recogidos minuciosamente e ingeridos en forma de pastilla por Zachary Cole Smith (mentor de DIIV y guitarrista de los Beach Fossils), todo esto convenientemente capturado con una cámara de video de los 80’s. Así es el video de How Long Have You Known?, primer corte de Oshin, su álbum debut, y podría decirse que el símbolo no podría ser más explícito: el elemento que motoriza y cataliza su música no es más que un procesado de todo el bagaje que Cole Smith y su -banda/amigos de la infancia- han recolectado a lo largo de su vida. Cada elemento es ya indistinguible, imposible de rastrear, pero cuando las sustancias se ponen en marcha dan como resultado un puñado de canciones ensoñadas y cavernosas, de una delicada nostalgia.

Luego de que a lo largo de la última década centenares de bandas exprimieran hasta el hartazgo y agotaran el fértil terreno del legado del post-punk, y cuando estábamos a punto de pensar que a estas alturas estaba ya exhausto, aparece DIIV dando una nueva vuelta de tuerca. Siempre moviéndose dentro de los parámetros del sonido del sello (la comunidad lo-fi Captured Tracks, que cuenta entre sus fichajes a Wild Nothings, Thieves Like Us y a los mencionados Beach Fossils), es decir, guitarras luminosas, mucho reverb y voces ensoñadas flotando en un trasfondo oscuro, los de Brooklyn echan mano al kraut-rock (Air Conditioned), a las baterías truncadas de Joy Division (Drunn), a retazos pop (How Long Have You Known?) y a tenaces punteos (Sometime, acaso la canción que resume el disco) para alcanzar composiciones de una singular belleza. Sentiremos que esto ya lo hemos escuchado, que no estamos ante nada nuevo ni revolucionario. Es verdad, pero también tendremos la sensación ineludible de que hay algo fresco latiendo en cada minuto del disco.

Más introspectivos que los Drums, más viscerales que los Interpol, de una melancolía más verosímil que la de los Beach Fossils, los DIIV despliegan su encanto contrarrestando con emotivos punteos centelleantes la oscuridad de sus canciones. Hay una cita de Goethe que dice, «allí donde hay mucha luz, las sombras son más profundas», pero ésta no es una luz que empape y anegue su espíritu, sino que es una luz interior, que emana desde adentro para filtrarse tímidamente a través de las capas de guitarras y pedales y alcanzarnos parcialmente. Que siga brillando.

DEGUSTACIÓN

SOMETIME