Rufus Wainwright
Out of the Game
2012 – Decca / Polydor
[4.0]
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El próximo 10 de junio Rufus Wainwright se va a homenajear a sà mismo en un concierto que convoca a distintos artistas para que toquen sus canciones con él como espectador de lujo en primera fila. Tal muestra de ego desmedido se suma a un afán de lucro que traspasa los lÃmites de lo púdico y se cristalizó el año pasado, cuando sacó un box set compuesto por 19 discos que incluye todo lo que publicó oficialmente hasta entonces con material en vivo y un rejunte de tomas descartadas de distintas épocas de su carrera. Todo por el módico precio de 400 dólares.
Sea como sea, Out of The Game es la séptima entrega del de Nueva York y es, ante todo, un manifiesto de pop edulcorado caÃdo en desgracia. Acompañado por un grupo que incluye colaboraciones de Nick Zinner de Yeah Yeah Yeahs y Nels Cline de Wilco, Rufus navega contra una marea de no inspiración que le vuelca el bote una y otra vez.
Con respecto a los arreglos, no son buenos y serÃa injusto caerle con todo a Mark Ronson (que viene de producir Arabia Mountain de los Black Lips, uno de los mejores discos del año pasado): las canciones son malas y los estribillos rebalsan sentimentalismo de cartón. En general, todo el disco no es más que un conjunto desparejo de estructuras melódicas recauchutadas de sus dos primeras (y mejores) entregas. A pesar de todo hay algunos buenos momentos, pero no bastan para salvar a Out of The Game del tedio.
Rufus Wainwright, que supo reinterpretar al pie de la letra un concierto histórico de Judy Garland en el Carnegie Hall, posteriormente editado en un disco doble acompañado por un documental en el que no para de tirarse flores a sà mismo, da un paso en falso. Tan en falso como serÃa pisar una mina que detone y lo haga volar por los aires.
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DEGUSTACIÓN
OUT OF THE GAME
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