Of Montreal
Paralytic Stalks
2012 – Polyvinyl
[6.8]
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En Spiteful Intervention, Kevin Barnes escupe, entre el enojo y la frustración: «Nada sucede por una razón, ni siquiera tiene sentido fingir, sabes tan bien como yo que ésa es la verdad«, descartando por completo que exista tal cosa como el destino, entregando sus manos para que el azar le ate los grilletes. Barnes se vuelve un devoto del caos, y ese es el clima que sobrevolará esos nueve momentos de delirio y asociación libre de Paralytic Stalks, el disco número once de Of Montreal.
Ya en Gelid Ascent, una vez entrados en el clÃmax instrumental, se escuchan los «speak to me» del excéntrico frontman, como provocándonos a lo lejos, en alguna cima montañosa de su canción. Ahà nos daremos cuenta de que tomamos altura; hemos levantado vuelo. Y hay que ajustarse el cinturón porque el viaje es abundante en turbulencias bizarras: cabellos ensangrentados, bacterias, sesos, vómito… todo esto parte de la imaginerÃa de la retorcida mente del cerebro bañado en esquizofrenia de Kevin Barnes, devenido en un Dr. Frankenstein que nos muestra con orgullo sus amorfas creaciones, cual padre que nos muestra las fotos de sus hijos al sacar la billetera. Y eso sorprende (para bien): la soltura y destreza que tiene Barnes para crear y mostrar esas piezas bipolares:
Las canciones de Paralytic Stalks son la viva representación del hÃbrido Prince–Bowie que encarna el lÃder de los de Georgia; pequeñas piezas que van mutando constantemente y dentro de sà mismas. Tomemos por ejemplo la bella Wintered Debts, que comienza como un apacible folk norteamericano (de clara reminiscencias a Elliott Smith) que se baña en guitarras lap steel para pasar al funk de los 70’s en tan solo un par de segundos.
Otro ejemplo es la combinación de la divertida We Will Commit Wolf Murder, con su glam funk bailable (aunque ojo con empezar a bailar, porque en cualquier momento te vas a encontrar en la incomodidad de una pista de baile totalmente invadida por un viaje avant garde alucinógeno y, si no consumiste nada acorde a la situación, vas a tener que remarla como nunca) para pasar luego al chill out bossa de Malefic Dowery.
Paralytic Stalks es una caravana psicodélica, un sueño extraño que roza por momentos la pesadilla, para luego volver de un cachetazo a la realidad. Después de casi una hora de viajar con Of Montreal, Barnes cierra el disco con «¡Nuestra iluminación esta completa!«. SÃ; su propia versión del «It’s Alive!» del Dr. Frankenstein.
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DEGUSTACIÓN
WE WILL COMMIT WOLF MURDER
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