Kirlian
Bienvenido a la Tierra
2011 – Sadness Discos
[7.5]
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Qué agridulce y ambigua resulta a veces la melancolÃa. Fruto de una dolencia, una angustia o un recuerdo turbulento que parece no querer pasar. «¿Escucho música pop porque soy miserable, o soy miserable porque escucho música pop?», se preguntaba un atribulado John Cusack durante su interpretación de Rob Gordon en la pelÃcula Alta Fidelidad. Un melómano-hedonista, propietario de una disquerÃa especializada en vinilos algo snobs y un abonado involuntario a los infortunios del amor. El interrogante, que en realidad escribió el inglés Nick Hornby en su novela de mismo tÃtulo, plantea un contrasentido. ¿Quién de los dos es más miserable, la música pop o uno que accede voluntariamente a ella? ¿Por qué no las dos cosas entonces? El cielo sabe que soy un miserable ahora y, por ello, estoy contento de estar triste. Menuda confusión la que tenemos. O no. Si tenemos un disco en nuestras manos como es Bienvenido a la Tierra de los Kirlian, puede que una mueca de complacencia se nos dibuje en el rostro.
Kirlian viene comulgando desde hace algunos años una factorÃa de guitarras lánguidas y secuencias rÃtmicas etéreas, paridas en una galaxia distante, en donde el shoegaze cumple y el post rock dignifica. Bienvenidos a la Tierra, su primer larga duración luego de un promisorio EP, cuenta con una docena de augurios en plan cuasi instrumental. Precisamente, la novedad pasa por allÃ: la inserción de voces en sus narcóticas melodÃas. Los soporÃferos pasajes, y paisajes, ahora vienen adobados con frases consecuentes como en Puertas de Cristal, la quimérica Huellas o Bienvenido, que se funde con Fuegos de Artificio y que ambas abrazan fervientemente el dogma de los Jesus & Mary Chain. Por lo demás, el disco atraviesa un sempiterno esplÃn con un dejo encantador, tachando aquella vacilación que nos conduce estúpidamente a ese inusitado lugar que es la melancolÃa. Si quieren llorar, lloren.
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DEGUSTACIÓN
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