Brian Eno
Drums Between the Bells
2011 – Warp
[8.0]
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Brian Eno. De integrante de Roxy Music a colaborador estrella de U2. De solista glam a propulsor de la música ambient. De receptor de una canción-homenaje de una de las bandas emergentes más peculiares de los últimos años (MGMT) a encargado de la enoxificación en el nuevo material de la banda de rock más grande del planeta hoy (Coldplay). No hay un solo Brian Eno. El que nos trae Drums Between the Bells no es el que resulta fácil de digerir para muchos y en esta segunda instalación (luego de la genial y score-friendly Small Craft on a Milk Sea de 2010) para el ya mitológico sello de música electrónica Warp, Eno nos lleva junto al poeta Rick Holland a un escenario impulsor de sensaciones varias.
La música atraviesa, entre muchÃsimas otras cosas, momentos de jazz (Bless This Space), ambient (The Real), dance-punk (Sounds Alien) o dub (Dow). Siempre presente el trasfondo minimalista electrónico, la predilección por la creación de grooves repetitivos, ocasionales secciones de percusión y un idiosincrático uso en la manipulación de las voces (utilizando una gran cantidad de «lectores» incluidos los dos detrás del proyecto), que son convertidas en un elemento más del espectro sonoro. Porque en definitiva, estamos frente a un álbum de spoken word, encarado desde una perspectiva electrónico-experimental.
Las letras emanan del trabajo del antes mencionado Holland, que lleva casi diez años trabajando esporádicamente a la par de Eno. Aunque existieron sesiones en conjunto desde alrededor de 2003, fue en el último año en el que se trabajó consistentemente en miras del producto final.
Son variados los ejemplos de gran calidad artÃstica del álbum, pero a manera de ilustrar la paleta de atmósferas y respuesta que generan, señalo particularmente a Glitch, Bless This Space, Dreambirds y Breath of Crows que se encarga de cerrar este increÃble LP tras un track de casi un minuto de duración titulado Silence, que la separa del resto de los restantes catorce temas.
Drums Between the Bells es un disco para escuchar de principio a fin y dejarse llevar. No hace falta pensar mucho en las influencias o direcciones presentes en cada momento. Sabemos, son muchas. Pero tal vez la regla principal sea la de encarar al sonido desde el automatismo, lo aleatorio y lo subjetivo. Cuenta con momentos que se pueden colocar a la par de cualquiera de los clásicos de Brian Eno y está muy cerca de no perder en ningún instante de sus 50 minutos de duración ese nivel de clase.
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DEGUSTACIÓN
GLITCH
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