Elbow
Build a Rocket Boys!
2011 – Fiction
[8.0]
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Se sabe, los tiempos cambian y lo que antes era normal hoy es excepcional. En la industria discográfica, por ejemplo, los tiempos que se le dan a una banda o artista para desarrollarse se han reducido a, prácticamente, ventas millonarias en el primer intento; en caso contrario, y sin importar los méritos artÃsticos, fin del contrato. Antes, obviamente, la situación era distinta: sobran ejemplos de bandas que tardaron diez años o más en generar ingresos rentables para los sellos. En aquellos lejanos dÃas habÃa espacio para el desarrollo y gracias a esa polÃtica no nos perdimos los mejores trabajos de bandas como R.E.M. o Pulp.
Eso que antes era normal hoy no lo es. Elbow es una de esas excepciones que han tenido espacio para construir una trayectoria sólida, paso a paso, desde los márgenes y sin grandes ventas en los inicios. Con su música intensa y de aromas progresivos, a mitad de camino entre la experimentación de Radiohead y los hits de Coldplay y con claras influencias de Peter Gabriel y Talk Talk, Elbow no sólo logró con su cuarto disco, The Seldom Kid (2008), llegar a un merecido reconocimiento luego de casi veinte años, sino que se transformó en «la banda de la gente», es decir, la banda que traduce en música la vida del inglés común y corriente.
Su quinto trabajo, Build a Rocket Boys!, afortunadamente evita ir tras los beneficios económicos del rock de estadios y no cae en los lugares comunes del artista que ve que logró el éxito que buscaba y ahora no sabe si es lo que querÃa y, en consecuencia, edita un disco autorreferencial sobre giras, presiones y todas esas cosas que uno jamás experimentará.
Por suerte hay más de lo mismo, pero mejorado: canciones que iluminan aspectos cotidianos y se van incorporando lentamente tras escuchas sucesivas, estructuras repetitivas, guitarras sinuosas, bajos quirúrgicos, teclados cinematográficos, atmósferas texturadas, coros, una modesta dosis de experimentación y la voz histriónica de Guy Gurvey que esta vez canta sobre los años de la adolescencia, esos años donde no hay «nada de que enorgullecerse y nada de que arrepentirse, todo por hacer aún«.
Build a Rocket Boys!, paradójicamente para un disco que trata sobre la juventud, seguramente encuentre en los sub 20 formados en la hegemonÃa homogeneizadora del rock un público reacio a disfrutar de esta música (porque está claro que no son una banda que haga rock en el sentido estricto del término) sin la impronta rÃtmica y el tono despreocupado del rock. Si superan esas restricciones descubrirán música Ãntima y expansiva, madura y vigorosa, intensa y lúdica…algo que muchas bandas de rock ya no ofrecen.
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DEGUSTACIÓN
LIPPY KIDS
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