En las trincheras de la farisea sonrisa británica, donde mórbidos vientos soplan sobre la última rosa viviente y las verdes colinas se tiñen de rojo, PJ Harvey sacude el reloj a la hora del té y explota en las incandescentes melodÃas de su más reciente latido, Let England Shake.
Vulnerable y vehemente, la cantante criada en los tapetes del sur inglés se despierta de la encapotada siesta que supuso el sorpresivo y elogiable White Chalk (2007) y nos canta historias en clave de guerra, desnudando las miserias armamentistas bajo una renovada y animosa piel.
El fuego y la sangre corren por las venas de la canción y sobrevolando las amplias praderas de la creatividad, historias de invasiones pestilentes y planetarias pérdidas se transforman en bienaventuradas municiones de incipiente pop (Let England Shake, The Last Living Rose y The Words That Maketh Murder), tullidas fábulas de rabia amordazada (All and Everyone, Bitter Branches y The Glorious Land), desnudos lamentos que huelen a tomillo extinto (England e In the Dark Places) y peculiares lapsos de babilónica ocurrencia (Written on the Forehead).
PJ Harvey toma partido y revela su visión sobre el fantasmagórico, decadente y constante olor a guerra. Y desde el bunker del estremecimiento, Let England Shake sopla enérgicamente y despeja el cielo gris gracias a brillantes canciones que se oyen más fuerte que las bombas.
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DEGUSTACIÓN
THE WORDS THAT MAKETH MURDER
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