Entrevista: Neon Indian

diciembre 17, 2010

La historia es así: Un día cualquiera Alan Palomo se fue a dormir y a la mañana siguiente se despertó un poco aturdido después de soñar que tomaba ácido con su ex novia. El episodio fue tan real que la quiso llamar para contarle y lo primero que ella respondió fue: «Deberías hacer una canción sobre eso». Le gustó la idea y se sentó en su casa a grabar algunas pistas con sintetizadores, loops y bases electrónicas. Cuando la terminó se dio cuenta que tenía algo bastante particular y diferente a lo que venía haciendo con sus dos bandas, Ghosthustler y VEGA. Le gustó el camino que tomó el tema y se puso a grabar otros tantos de la misma manera. En dos semanas ya tenía un disco terminado, adoptó el pseudónimo de Neon Indian, lo publicó y enseguida la prensa especializada de todo el mundo –incluídos nosotros– ya estaba hablando maravillas del proyecto. Hoy está recorriendo Estados Unidos en una combi con sus amigos de la infancia (que tocan en vivo con él) y, entre recital y recital, se tomó un rato para atendernos el teléfono y contarnos sobre este éxito repentino, las complicaciones de llevar un proyecto así al escenario y su futuro musical.

-¿Cómo surgió Neon Indian?

-Surgió como un impulso. Yo venía tocando con VEGA que era un proyecto donde dedicaba tanto tiempo a arreglar la producción, baterías y sonidos que al final de cuentas ya ni me acordaba cómo era la canción que quería escribir. Neon Indian surgió un poco en contra de eso, como algo más espontáneo y creativo.

-¿Y dónde grabaste todas las canciones del disco debut?

-En mi casa, en Austin. Usé básicamente una computadora, dos sintetizadores, un micrófono y una consola para grabar en cassette ciertas cosas (efectos más que nada) porque me gusta el sonido que genera.

-En ese momento usaste lo que tenías a mano para grabar, ¿en las próximas grabaciones pensás cambiar eso?

-Creo que sí, la idea para el próximo álbum es mantener esa estética lo-fi pero que sea más dinámico. Me gustan esos álbumes que tienen como una ‘mala producción’ pero que son dinámicos, como los primeros trabajos de Sonic Youth o The Jesus And Mary Chain. Me gustan mucho los efectos de implosión y reverb porque le dan contexto a la música, le da otra dimensión que ya no es simplemente los instrumentos, le da un espacio y lo transporta a otro lado. Cuando hago música me gusta crear un lugar donde la música pueda existir, algo más bien atmosférico. Pienso expandir eso en el próximo álbum.

-En Psychic Chasms hay varias aluciones a las drogas ¿Pensás que experimentar con sustancias te abrió un poco la cabeza?

-Pues mira, en ciertos aspectos sí pero no es lo único. Esas son cosas con las que crecí, en Texas es muy común ser un adolescente, estar aburrido, fumar porro y salir a caminar por ahí. Es parte del ambiente y de la vida, un componente más, no necesariamente la motivación principal para hacer música.

-¿Y qué otras cosas te inspiran a hacer música?

-Para mi lo más inspirador de los últimos años fue ver la evolución de mis amistades y demás relaciones. Es muy extraña la manera en la que se van desarrollando, creciendo, cambiando y terminando las relaciones. Me gusta mucho escribir sobre eso, no puedo hablar sobre cosas abstractas como un árbol, sólo escribo sobre cosas que me pasan. Estoy obsesionado por documentar las cosas que me van sucediendo, no tengo un diario donde archivo lo que me sucede pero sí lo hago en mis canciones.


-¿Cuándo estabas grabando el disco de Neon Indian te imaginabas la buena recepción que iba a tener?

-Honestamente no. Siempre tuve ese tipo de ambiciones y metas con la música pero nunca pensé que las iba a alcanzar con Neon Indian. De hecho arranqué el proyecto como algo más bien anónimo, no quería que la gente lo vinculara a otros mis otros proyectos (VEGA y Ghosthustler). La recepción que tuvo el disco en los medios fue algo muy extraño y surreal, son cosas que te podés imaginar pero no sabes cómo son hasta que realmente te pasan. Por ejemplo, ahora en este momento mientras hablo con vos estamos arriba de una combi viajando a Baton Rouge (Luisana, Estados Unidos) porque tocamos ahí hoy a la noche. Lo extraño es que hace un año exacto me acuerdo que estuve ahí tocando para no mucha gente y cuando terminó el show agarré mi celular y ví que tenía como diez mensajes de texto de amigos que me decían que acaban de publicar un artículo muy halagador en Pitchfork y fue muy extraño. Las cosas nunca suceden como uno las planifica y por eso este año fue tan extraño para mí. Lo que más me gusta es que no sé dónde puede terminar todo pero mientras tanto voy absorbiendo experiencias.

-¿Qué tan difícil fue llevar la música de los discos a los shows en vivo?

-Apenas comenzamos a tocar estuvo increíblemente difícil porque tuvimos que preparar todo en sólo tres semanas. Sabía que iba a necesitar a otros músicos y en los primeros que pensé fueron mis amigos de Texas. La idea fue tratar de reinventar las canciones para que suenen distintas en vivo, tenía prejuicios con emular el sonido del álbum en los shows, porque quería crear una experiencia independiente para el vivo. Los primeros shows los dedicamos a aprender a tocar las canciones de una forma que nos guste y después ya fuimos aceitando las interpretaciones. Lo más difícil de las giras es que estás todo el día movilizado y casi no hay tiempo para tocar excepto cuando estás en el escenario, entonces ese momento también lo aprovecho para experimentar y probar cosas del sonido.

-¿En el próximo disco pensás grabar con tus amigos también o de nuevo solo?

-Creo que el segundo álbum lo voy a grabar solo también, porque esa es la esencia del proyecto, algo más íntimo.

-¿Sentís que hoy en día es fundamental el uso de sintetizadores y computadoras para hacer música?

-Pues yo creo que sí, parte de lo que me llevó a hacer música es que la música electrónica tiene más que ver con circunstancias, sos más un director cuando hacés música y eso es lo más interesante. Lo más interesante de trabajar con máquinas es que le podés dar la personalidad que quieras a la música. Mucha gente tiene la idea errónea de que la música electrónica es toda igual pero para mí no podría ser más distinto. El sintetizador es el instrumento más expresivo de todos, tiene vida y se puede generar prácticamente cualquier sonido, son infinitas las posibilidades.

-¿Cómo es el momento en el que creas las canciones? ¿Qué hábitos compositivos tenés?

-Me gusta empezar con un loop muy simple, ahí le agrego ritmo, línea de bajo y de a poco empiezan a aparecer las ideas y los compases empiezan a aumentar y el círculo se expande. Hay veces que me siento con un concepto en mente y muchas otras me siento y empiezo a generar ideas.

-¿Empezaste a trabajar en el segundo álbum de Neon Indian ya?

-Tengo dos o tres demos que estuve grabando con la computadora pero honestamente no trabaje mucho en eso aún. Las ideas las voy a desarrollar más durante la grabación, ya con los instrumentos. El álbum lo voy a grabar en un departamento que alquilé Helsinki (Finlandia), me gusta ese lugar porque es bastante nostálgico y mágico. Lo que me gusta de ir ahí es que no conozco el lenguaje, no tengo amigos, no tengo distracciones, hace mucho frío y lo único que puedo hacer es estar adentro del departamento grabando música.

-Últimamente estás tocando mucho, ¿se vuelve agotador en algún momento o lo seguís disfrutando como al comienzo?
-Lo que más me molesta de todo esto es que no puedo estar en el estudio componiendo. Si me dan para elegir a mi me gusta mucho más estar en el estudio que en el escenario.

-¿Pensás venir para Sudamérica en algún momento?
-Creo que sí, habíamos tenido algunas ofertas pero se complicó porque justo estábamos con varios festivales acá en Estados Unidos. Creo que para el año que viene es algo muy probable, nos encantaría.

http://www.myspace.com/neonindian