Fue un llamado de rutina. Nada muy trascendental. Lo que nunca me hubiese imaginado es que habÃa discado el número incorrecto. Estuve hablando media hora con la persona equivocada. Le conté todo: de las cuentas bancarias en el exterior, las pintadas callejeras que hicimos el fin de semana y el criadero ilegal de mariposas. Hoy me levanté raro, como si todo el tiempo tuviese pantuflas puestas en los pies. En verdad toda la semana fue asÃ, no sabrÃa explicarlo en palabras asà que opté ilustrarles los momentos mas trascendentales de los últimos dÃas representados en secuencias emotivas de mi rostro.
Pantuflas de algodón
octubre 7, 2010- Series: Artículos