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Luego de tres años de silencio, los Magic Numbers regresan con el álbum más cerebral de su carrera. Quienes se enamoraron del grupo británico por su frescura y sencillez tal vez resistan esta nueva dirección, que con todos sus defectos aún conserva destellos de belleza.
Cuando aparecieron en la escena con su debut autotitulado, público y crÃtica saludaron a coro el tono desfachatado y la calidez de la banda liderada por Romeo y Michele Stodart. Media década más tarde, sus melodÃas soleadas habÃan desaparecido casi por completo: lejos de sus inicios, The Runaway ostenta una docena de tonadas frÃas, cargadas de una melancolÃa pura y dura.
La ingenuidad de los primeros años –su máximo dote– aquà se ve opacada por una producción más densa, como la de la balada Relestless River o la producción barroca de Dreams of a Revelation. No es que estemos llamando a repetir indefinidamente la fórmula de 2005: de hecho, la apertura orquestal con The Pulse triunfa en todos los niveles, como una versión más elaborada de la preciosura vocal que los caracteriza. Pero los mejores temas son, no casualmente, las más elocuentes y menos pensados: los estribillos simples de A Start with no Ending y Hurt so Good, o la sorpresa de Throwing my Heart Away, una perfecta amalgama entre los sonidos clásicos de Fleetwood Mac y los contemporáneos de Zero 7.
El mayor riesgo de este nuevo rumbo tomado por los Magic Numbers –y ahà está Why did you call? de advertencia– es el que, por hiperprocesado, su sonido pierda especificidad y el grupo pase a ser, apenas, uno más entre tantos.
Degustación:
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