El incansable Jack White

junio 22, 2010

Jack White parece un músico de otra época atrapado en el cuerpo de uno de los más exitosos rockeros actuales. Multifacético y fanático del blues, este extraño genio oriundo de Detroit que aborrece la tecnología y todavía edita discos en formato de vinilo, es una máquina de producir. Y todo lo que produce se convierte en éxito.

A los 34 años, Jack White pasó de ser la mitad masculina de la banda de garage rock The White Stripes, a liderar dos bandas más simultáneas, que además, resultaron ser dos de las bandas más potentes del momento: The Raconteurs (2006) y The Dead Weather (2009). Sus últimos años fueron una escalada interminable hacia la superación musical. Y aunque ya parece haber alcanzado el techo de lo posible, no para.

En 2001 se metió en el mundo de los negocios cuando fundó la discográfica Third Man Records en su ciudad natal, y que luego relocalizó en Nashville en 2009, donde vive junto a la modelo Karen Elson, a quien también produjo entre otros artistas. Además de un estudio de grabación y fotografía, el lugar cuenta con un sector donde venden discos (algunos en formato de vinilo), y tragos -sin alcohol- en el bar donde también se presentan bandas en vivo.

En esos estudios fue donde los Dead Weather se subieron a un escenario por primera vez, luego de lanzar su primer disco Horehound (2009), que fue secundado casi de inmediato por Sea of Cowards (2010). Este último mega proyecto de White surgió en medio de una gira de su banda anterior, los Raconteurs, en la que el dúo británico The Kills oficiaban de teloneros, cuando a Jack se le ocurrió que los alaridos de la cantante Alison Mosshar podrían llegar a ser una buena combinación con los suyos. Jack Lawrence, bajista de los Raconteurs y Dead Fertita, guitarrista de los Queen of the Stone Age completan este cuarteto que en menos de dos años de existencia ya lleva editados dos discos; a toda velocidad. A diferencia de sus bandas anteriores, esta vez Jack lidera desde atrás y vuelve a su primer instrumento, la batería. Según contó en varias entrevistas, solo empezó a cantar y a tocar la guitarra porque nadie más lo hacía. De hecho, cuando Slash lo convocó para participar de su disco solista se negó porque no quería cantar, sino ser batero.

En 2005, Jack y su ex mujer Meg White visitaron por primera vez nuestro país en el marco de una gira sudamericana de los White Stripes, que los depositó en el Luna Park y lo detonaron como pocos. Un año más tarde, Jack ya se encontraba armando otro de sus grandes proyectos: The Raconteurs, banda que surgió de la unión con su amigo Brendan Benson (ambos de Detroit); y que luego con la suma de Jack Lawrence y Patrick Keeler (integrantes de The Greenhornes) culminó en una de las mejores bandas de rock de la actualidad. Una juntada improvisada que resulta en una superbanda podría ser algo así como el sello de Jack White hoy.

El primer disco de la banda, Broken Boy Soldiers (2006), lo grabaron en un estudio casero que Benson tiene en Detroit, mientras que el segundo, Consoler of the Lonely (2008), se grabó en un estudio profesional de Nashville, donde los cuatro integrantes se reubicaron y viven actualmente.

Además de liderar tres bandas, Jack grabó temas con artistas tan dispares como Keith Richards y el rapero Jay-z. Y en 2008 puso un pie en la industria cinematográfica cuando escribió y canto junto a Alicia Keys Another Way To Die, el tema de la última película de la saga de Bond, Quantum of Solace.

Tampoco sorprende que el director Davis Guggenheim lo haya incluido en su documental rockero, It Might Get Loud (2009), que también protagonizan The Edge (U2) y Jimmy Page. Tres generaciones distintas de guitarristas que fueron y son íconos de una época, repasando un poco de sus historias y tocando en vivo. En la primera escena se muestra a White enchufando un amplificador a una guitarra casera hecha con un pedazo de madera, una cuerda y una botella de vidrio, con la que hace sonar un riff de no creer. «Who says you need to buy a guitar?»(¿Quién dice que necesitas comprar una guitarra?) es la línea que lanza después de fumarse un cigarrillo y que abre la película. Y no necesita decir mucho más. Lo rústico le va, está claro.