.
Luego de ocho años entre discos en vivo y presentaciones acústicas y eléctricas, el silencio de estudio finalmente se quebró. Amapola del 66 se abalanza con una intensidad y una fuerza casi inéditas, y nos relaja saber que la espera no fue en vano.
Los obstáculos con los que se encontró este trabajo no son ninguna novedad. Son incontables las expectativas que se fueron generando y en este delirio de ilusiones se creó un imaginario que en muchos casos llevó a plantear la incógnita de cómo iba a ser y si iba a poder cumplir. Asà que aclaremos, el disco cumple y con excedentes. Sin fisuras, nos pasea por distintos estados que mantienen ese instinto que ya ha madurado y saben como contenerlo para proyectarlo con una fuerza que los muestra renovados y les permite indagar entre nuevas formas de expresión.
Esta vez con estudio propio (La Calandria), tuvieron la posibilidad de concentrarse en la búsqueda de la toma perfecta, y asà el sonido adquiere una nitidez que no se habÃa escuchado antes. Su primer corte, que le da nombre y desde ya aspira a ser «el tema» del disco, nos brinda un equilibrado balance del mismo.
Entre las pistas, también aparecen otras emociones fuertes como Senderos y Jujuy, que rinden homenaje a esas tierras tan apreciadas, especialmente por Ricardo Mollo. Por otro lado, un folklore escrito por el papá de Diego Arnedo, La Flor Azul; y por su parte el bajista nos deleita con su voz en Avanzando Retroceden.
La conexión con el disco puede no ser inmediata, por ende para apreciarlo en su totalidad quizás sea necesario escucharlo más de una vez. Pero al final no queda ninguna duda que Divididos es una de las bandas mas virtuosas del rock nacional.
Degustación:
Amapola del 66
ytaudio(CurVoVF8XnQ)
[starrater tpl=10]