Tindersticks – Falling Down a Mountain

marzo 5, 2010

Tindersticks - Falling Down a Mountain

Tindersticks

Falling Down a Mountain

2010 – 4AD


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A veces, hay que cambiar para poder seguir haciendo lo mismo. Con dieciocho años de carrera a cuestas, los Tindersticks estrenaron baterista nuevo (Earl Harvin), guitarrista nuevo (Davis Kitt) y se pasaron al sello 4AD. Todo para lograr un octavo álbum que no perdiera la frescura y fortaleza de sus últimos trabajos.

El grupo de Nottingham anuncia, orgulloso, que la mayor parte de Falling Down a Mountain salió «en una o dos tomas«, lo cual explica en cierta forma cómo se conservó el desenfado y la amenidad en una banda tan veterana. Comenzando con percusiones jazzeras y una trompeta avant-garde en el title track -un inicio anticlimático de seis minutos-, el álbum va alternando entre el apego al formato canción y el «cuelgue» en texturas y densidades.

Los aciertos están del lado de las melodías más directas, como Black Smoke (pura diversión, una canción con todos los ropajes de la Velvet Underground) o She Rode Me Down, una tonada western que bien podría haber sido cantada por Nick Cave o Leonard Cohen. Distinta suerte corre Peanuts, una de esas piezas tan instantáneas y gancheras que a la primera escucha suena increíble, pero que a la tercera ya cansa e irrita un poco (especialmente disonante resulta aquí la voz de la canadiense Mary Margaret O’Hara: demasiado agradable). La banda inglesa se guarda para el final Piano music, algo así como el Exit Music for a Film de este álbum, una tonada atmosférica como pocas.

Pero la clave está justo antes: los cinco minutos y monedas de Factory Girls grafican los puntos bajos de un álbum que, por momentos, cae en un bajón mid-tempo. Lo cual es una lástima y un riesgo: nadie quiere a los Tindersticks de música de fondo.

Degustación:

Black Smoke

ytaudio(DJ-MhOixe40)

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