Spoon – Transference

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¿Cómo hace una banda independiente para escaparle, conscientemente, al éxito comercial? Gran pregunta para los muchachos de Spoon, autores de rock experimental con sensibilidad pop, que en los últimos tiempos venía inclinando la balanza para el lado del mainstream, con sencillos en series y películas, y un último disco (Ga Ga Ga Ga Ga, de 2007) que debutó en el Top 10 norteamericano.

A la hora de componer su séptimo álbum, los dirigidos por Britt Daniel se encontraban ante una encrucijada. Por un lado, estaba la posibilidad de seguir produciendo grandes melodías de indie pop (género que, luego de la década que pasó, se convirtió casi en mainstream). Por el otro, la opción de tomar una serie de complejas decisiones de estilo que los ayudara a fugarse de la asimilación masiva. ¿Qué hizo el valiente cuarteto de Austin? Fue por la difícil. En una jugada similar a los lo-fi de Yo La Tengo, los Spoon grabaron el álbum según una lógica compensatoria: a mayor accesibilidad compositiva, más abrasiva sería la producción. Transference es el resultado de esta amalgama entre temas experimentales de factura prolija y tonadas más gancheras pero con sonido demo.

Es así que conviven, en un mismo espacio, la experimental I Saw the Light (que no hubiese desentonado en algún trabajo de Can) con la áspera mezcla estéreo de los coros de Trouble Comes Running. Hasta el primer single, Written in Reverse, suena como una reedición de The Delicate Place, aquella notable tonada de Gimme Fiction (2005)… sólo que grabada bajo el efecto del alcohol, y en cuatro canales.

¿El resultado final? Quizás no su mejor álbum, pero «“sin dudas»“ un mosaico fresco y delicioso.

Degustación:

Written in Reverse

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