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La reunión entre tres tipos del calibre de Dave Grohl (Nirvana/Foo Fighters), Josh Homme (Kyuss/Queens of the Stone Age) y el sexagenario mitad humano, mitad leyenda, John Paul Jones (¿tengo que aclarar que Led Zeppelin?), inexorablemente genera un grado de expectativa importante. Es que no todos los dÃas dos figuras vigentes del rock se juntan para revivir a uno de los monstruos que marcó el rumbo del género que les da de comer, allá por los años 70’s.
Algo que pasa con la mecánica de los supergrupos (esa etiqueta idiota que se le cuelga a las formaciones de varios músicos ya consagrados) es que siempre se arma un despliegue mediático tremendo. Es como en el fútbol: agarras a un par de jugadores que brillan en el fútbol italiano, alguno que otro del Barcelona, lo mejor del ámbito local digamos, y se da por sentado que el resultado es una imparable máquina sin rival cuando el resultado real es la mediocre selección Argentina, por ejemplo.
Para el caso, la reunión entre Homme, JP Jones y Grohl no resulta en un hÃbrido entre Zeppelin, Nirvana y Queens of the Stone Age. Sin embargo dista bastante de ser el fracaso que el seleccionado albiceleste representa actualmente. Them Crooked Vultures es finalmente Them Crooked Vultures, y no otra cosa. Esto tal vez decepcione a algunos.
No es más que el engendro de tres grossos del rock de todos los tiempos. Un Godzilla indomable de rock, que ha sido visto merodeando el stoner desierto californiano (el jardÃn trasero de la casa de Homme), lugar al que arrastra a sus oyentes a fuerza de brutales riffs de rock clásico y oscuras melodÃas. Temas como Elephants o Reptiles, son en realidad eufemismos de la voracidad del monstruo, en cuanto a rock n’ roll se refiere.
El sonido Zeppelin está siempre presente: Homme esboza interminables solos de guitarra psicodélicos con la impronta de la magia negra de Jimmy Page (Warsaw of the First Breath You Take After You Give Up), Grohl por momentos suena poseÃdo por el fantasma de John Bonham (No One Loves me & Neither I Do) que regresa del más allá para romper un par de parches de baterÃa y John Paul Jones es…bueno, el viejo bajista de Zeppelin. Pero el sonido setentoso es rápidamente disuelto en las sórdidas melodÃas de Homme, que tiene tanta preponderancia en general que hace que el disco suene mucho a sus proyectos propios al estilo Desert Sessiones. Esto se ve claramente en Gunman o Scumbug Blues, que son paralelamente dos de los mejores temas del álbum.
En definitiva, Them Crooked Vultures es un disco que no se complica demasiado. Los temas se sueltan a partir de un riff y de ahà en más quedan libres y, aunque da la sensación de que todo fue grabado al tiempo que era compuesto, el promedio es positivo y entretiene.
Degustación:
Gunman
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