En el dÃa de hoy, salió publicada una nota en el diario La Nación, donde Skay, ex guitarrista de la legendaria banda de rock nacional Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, aclara la razón de la separación del grupo:
«Todo se terminó cuando nos dimos cuenta de que uno de nosotros se querÃa apropiar de ese proyecto tan hermoso que fue Patricio Rey, que habÃa nacido como la comunión y el aporte de muchos artistas y no los deseos de uno solo.
-La última vez que vi a Solari, estaba muy enojado con ustedes.
Yo no estoy enojado. Muchos comparan a una banda con las relaciones de pareja, y bueno, por ahà él todavÃa no terminó de hacer su trabajo, pero ya le va a llegar. Fueron más las cosas que nos unieron que las que nos separaron».
Ante estas declaraciones, el Indio Solari, ex vocalista de dicha banda, envió un mail a la redacción de Rolling Stone, donde mostraba su lado de la verdad.
«Hasta el dÃa de hoy y tratando de proteger la memoria de una de las bandas más queridas por sus seguidores, he callado los verdaderos motivos de la separación artÃstica de Los Redondos.
Acabo de leer las declaraciones de Skay al medio La Nación donde sugiere que dicha separación fue motivada por la intención de «alguien» de apropiarse de la gloria del grupo (nadie puede pensar que fueran Semilla, Walter o Sergio). Además si, como dice, tanto le aportaba el grupo, ¿qué fue lo que impidió que siguiera con ellos? TodavÃa ahora tengo para mà que no se puede arrebatar un éxito genuino. Basta dejar correr un poco el tiempo para que todo quede en claro. Lamento que la alta espiritualidad de Skay, producto de su viaje a Fez, no haya despertado antes de los sucesos que me dispongo a detallar y que son, desgraciadamente, bastante más materiales que las «diferencias artÃsticas» que en entrevistas anteriores supo esgrimir como los motivos del fin del vÃnculo. Los soportes de grabación (audio y video) de todos los shows de los Redondos (Huracán, Racing, River, etc.) quedaron en depósito en casa de Skay porque Poli era la encargada de contratar los servicios que los proporcionaban. Esto nunca me incomodó por que confiaba en una amistad de muchos años.
Un par de años antes del final se me ocurrió pensar que algún motivo (¿un accidente?) podrÃa hacer que me viera obligado a reclamar ante parientes y desconocidos lo que por derecho formaba parte de mis intereses.
A partir de ese momento, esporádicamente y con más pudor del necesario, pedà se hicieran copias para tenerlas a mi guarda y que a su vez sirvieran de protección.
Siempre coincidieron (de palabra) en que era lo aconsejable. Pero extrañamente, el tiempo pasó y siempre esgrimÃan una excusa.
La noche definitiva (un rato antes estábamos en un bar hablando con un cronista sobre un próximo show) me puse firme en mi requerimiento y esa actitud desembocó (ante la negativa) en el rompimiento de la sociedad artÃstica.
Hasta el dÃa de hoy Poli y Skay están sentados sobre ese material, cuya custodia artÃstica he reclamado en silencio público hasta hoy.
Sigo con mis dudas al correr éste velo, pero las declaraciones vertidas por Skay me han obligado».
Indio