Luego de 2 años alejados de la grabación y superando la partida del guitarrista/tecladista Chris Karloff, Kasabian vuelve a la carga con su 3er disco, West Ryder Pauper Lunatic, lanzado a la venta finalmente el 5 del mes pasado.
Continuamente asociados (hasta el hartazgo) con el sonido de los Stone Roses o Primal Scream, Kasabian tiene ese estilo de rock con algo de electrónica. Ese es el tema con esta banda. Injustamente tal vez, resultaba muy complicado evitar la comparación con otras bandas. Y es por eso que intentan acabar con esto en este disco. Los 12 temas evidencian cierta maduración con respecto al disco anterior Empire y buscan alejarse de los fantasmas de aquellas bandas y otras más y parcialmente lo logran, pero sin cortar algunos lazos inevitables. En definitiva, West Ryder Pauper Lunatic muestra el mismo estilo propio del primer disco (Kasabian), pero resaltado con algunos condimentos nuevos que le dan más variedad.
Abren con Underdog, que básicamente ilustra todo lo que acabo de decir, ya que bien podrÃa ser parte de la lista de temas del primer disco. Pero a medida que avanzan los temas en el disco, más se acentúa la búsqueda de variantes. 2:17 es lo que dura Swarfiga, un intento de psicodelia instrumental que se mueve de a beats de baterÃa, y que enjaula al oÃdo dentro de un clima distinto, lo que repercute en el resto del disco. Llegando casi a la mitad del recorrido, aparece Take Aim, uno de los mejores temas del disco, en donde surgen las primeras trompetas y se destaca la melodÃa de la voz (por momentos quejidos) de Tom Meighan.
La voz de Tom, acompañada de los coros del guitarrista, Sergio Pizzorno, cabe destacar, se ubica constantemente en un debate, una suerte de lucha entre la armonÃa de la entonación y el canchereo, la desfachatez de un escupitajo de frases, cuyo objetivo es el de estropear los engranajes de la desvencijada maquinaria del pop comercial. Lucha de la que indudablemente, emerge el Rock como indiscutible victorioso. Y ese vendrÃa a ser el leimotiv del disco, la actitud desafiante de ponerse la chapa del rock y salir a por todo, pecando tal vez, de cierto descuido en algunos temas.
Es en este contexto que llega Thick as leaves, tema que recuerda mucho a People are Strange de The Doors. Un poco por el estilo del recientemente homenajeado en el aniversario de su muerte, Jim Morrison, y otro poco por la melodÃa y las guitarras del tema. Vlad the impaler, es un genial regreso al principio del disco, remitiendo a la frecuencia y al alto nivel de energÃa de Underdog pero con una carga de violencia que tranquilamente podrÃa musicalizar las épicas peleas de las pelÃculas de hooligans.
Es en este contexto que llega Thick as leaves, tema que recuerda mucho a People are Strange de The Doors. Un poco por el estilo del recientemente homenajeado en el aniversario de su muerte, Jim Morrison, y otro poco por la melodÃa y las guitarras del tema. Vlad the impaler, es un genial regreso al principio del disco, remitiendo a la frecuencia y al alto nivel de energÃa de Underdog pero con una carga de violencia que tranquilamente podrÃa musicalizar las épicas peleas de las pelÃculas de hooligans.
Para resumir, es a la hora de una conclusión sobre este disco en la trayectoria de Kasabian, hay que mirarlo como algo positivo. West Ryder Pauper Lunatic Asylum consigue consolidar el sonido de la banda, su estilo con algo más de originalidad y todo aún luego de la partida de Karloff quien era parte importante de la banda. Sólo un puñado de temas chatos (2 o 3), como Ladies and Gentlemen, que funciona como relleno, hacen que el disco no sea genial en su totalidad.